En estos meses de verano, ¿a quién no le apetece salir al monte a dar una vuelta con la bici? Es la mejor época para hacerlo antes de que lleguen los fríos, las nubes bajas… tampoco es que no guste salir con la bici de montaña en invierno, pero para la actividad que proponemos hoy es mejor hacerlo en estas épocas de primavera o verano. Es un ejercicio que ayudará a mejorar el conocimiento, por parte de los niños, del entorno que les rodea.
Nos referimos al entorno natural, precisamente
El ejercicio requiere que la persona que ejerza de monitor tenga ya un conocimiento previo, más o menos amplio, de las especies de flora y fauna que habita en la misma zona que ellos. La actividad es bien sencilla: se recomienda hacerla en grupos de dos o tres, aunque también se puede practicar en solitario.
A un ritmo poco exigente, que permita a los niños ir observando lo que encuentran en su camino, durante el recorrido los chavales deberán buscar las distintas especies de plantas y animales que puedan encontrar a su paso. Cada grupo tendrá una cámara –sólo una por grupo, se puede hacer con un teléfono móvil- y cuando vean un ejemplar de árbol, flor o animal, deberán fotografiarlo haciéndolo por turnos. Una vez un niño haya hecho una fotografía, le pasará la cámara a un compañero. Si lo hace un niño solo, sin grupos, evidentemente todas las fotos las hará él mismo.
Si fuera posible, y puesto que iremos por zonas con circulación prácticamente nula, estaría bien que hiciese la foto sin llegar a bajarse de la bici, yendo muy lento y manteniendo el equilibrio. Si su destreza técnica no está aún muy desarrollada, mejor que se pare y la haga. Una vez acabada la ruta, se descargarán todas las fotos en el ordenador del monitor y verán las fotos juntos. Primero el profesor las explicará brevemente, y después los niños tendrán que adivinar cuáles son en una segunda pasada.
Uno de los grandes valores de la bicicleta es el de ser un medio de transporte y vehículo sostenible, además de permitir a quienes la practican disfrutar del entorno natural sin degradarlo. Con actividades como esta estaremos inculcando desde pequeños a los niños a ser parte de esa naturaleza, les estaremos creando unas relaciones de mayor empatía con el medioambiente y ayudándolos a conocer mejor el entorno que les rodea, a la vez que ponemos en valor esa virtud de nuestra compañera favorita: la bici.