El casco es un elemento indispensable para fomentar la seguridad en la práctica ciclista.
El pasado mes de abril, el Gobierno aprobó una nueva reforma de la Ley de Tráfico que incluye la obligatoriedad del uso del casco de ciclismo para todos los menores de 16 años que circulen en bici. A punto de entrar en vigor, esta reforma ha generado mucho debate y polémica, ya que en un principio el legislador pretendía incluir el uso obligatorio a todos los ciclistas. Esta pretensión ha topado con el rechazo total por parte de las organizaciones de promoción del ciclismo porque consideran que sería un desincentivo para el uso de la bicicleta, especialmente en el ámbito urbano.
Hasta ahora, el uso del casco en España es obligatorio aunque con algunas excepciones que desvirtuaban realmente esa obligación. En principio, la norma actual de circulación obliga al uso del casco en vías interurbanas, con lo cual se excluyen las vías urbanas y los caminos rurales, etcétera. Pero incluso en vías interurbanas se puede evitar la obligación del casco si se cuenta con un certificado médico o incluso en tramos de subida prolongada cuando hace mucho calor.
Podría chocar que asociaciones de ciclistas y promotores del uso de la bici sean reticentes a la introducción de la obligatoriedad del casco. Sin embargo, esgrimen una serie de argumentos a tener en cuenta. El más importante es que en ningún país europeo existe esa obligatoriedad en ciclismo, lo cual no ha impedido que en algunos de ellos (Alemania, Holanda, Dinamarca, Bélgica…) el uso de la bicicleta está muy estandarizada como medio de transporte. También argumentan que la obligatoriedad del uso del casco supondrá un impedimento para que muchas personas se decidan para el uso de la bici como medio de transporte, lo cual iría en detrimento de la expansión del ciclismo urbano y la pacificación de las ciudades.
¿Por qué creen que la obligación del casco es un problema?
Las organizaciones ciclistas creen que obligar al uso del casco, con la sanción implícita en caso de no cumplir esa norma, supondrá un desincentivo para muchos colectivos que no pretenden usar la bici para hacer deporte pero sí para moverse por la ciudad, por terrenos rurales… Es mejor que un jubilado vaya a cuidar su huerto en bici que en moto o en coche, aunque no lleve casco, y lo probable es que si le obligan a llevar casco o le multan en alguna ocasión por no llevarlo, dejará de usar la bici y volverá a usar el coche. El mismo razonamiento se le puede aplicar a las personas que empiezan a usar la bici para ir a trabajar o para los jóvenes que van a estudiar en bici. El casco obligatorio, dicen las asociaciones, aleja a estas personas de lo que realmente importa: sustituir vehículos a motor por bicicletas, sobre todo en las ciudades.
Otro colectivo perjudicado por la medida sería el de los usuarios de las bicis de alquiler urbanas que en los últimos años se han generalizado en algunas ciudades españolas. Según las asociaciones ciclistas, pocos de estos usuarios comprarán un casco cuando en realidad no tienen bici y verán como un engorro el tener que cargar con el casco una vez han completado su trayecto. De todos modos, cabe señalar que las asociaciones ciclistas sí recomiendan el uso del casco sobre la bici, pero creen que esa debe ser una cuestión voluntaria del usuario y que, generalmente, la mayoría de usuarios (sobre todo por carretera) usan casco una vez se han concienciado de su utilidad.
¿Crees que la normativa podría afectar de manera negativa a las costumbres de los que van en bici?