El final de la temporada ciclista en adultos también ocurre con los más pequeños. Ahora que las carreras han terminado su lugar lo ocupan los campus, actividades, charlas, etcétera, donde también se acentúa el aprendizaje de los niños que acaban de empezar su camino en la bicicleta. Lo cierto es que el ciclismo infantil va ocupando, poco a poco, un espacio también en todo este tipo de actividades.
Por poner un ejemplo, hace unas cuantas semanas tuvo lugar la cuarta edición de Unibike, una de las más importantes ferias de la bicicleta de Europa y, a día de hoy, la mayor de España. Además de un sinfín de marcas, empresas, modelos, materiales y destinos turísticos para el disfrute de la bicicleta, también hubo lugar para varios actos que tenían a la base como protagonista. Pequeñas pinceladas que, sin duda, marcan un camino que será interesante ver cómo se sigue en el futuro. Y es que no sólo los ciclistas profesionales parecen haber vuelto sus ojos hacia la base, y mientras desde este espacio se insiste mucho en cuidarse de la ‘materialitis’ que puede llegar a envolver a los más pequeños, siempre se reciben de brazos abiertos las iniciativas destinadas a ellos.
En Unibike, con el patrocinio de Cofidis, hubo un circuito de seguridad vial para niños de entre 4 y 10 años, con cuatro áreas y talleres de 15 minutos de duración cada una: Aula, donde se enseñan normas básicas a través de material interactivo y audiovisual. Un taller para hacer un repaso básico de la bici y ponerla a punto antes de circular; el circuito en el que pondrán en práctica lo aprendido sobre la bicicleta y la fase Emovial, donde descubrirán los valores en el entorno vial.
Una experiencia interesante para el aprendizaje de los niños
Más puramente prácticos eran los otros dos circuitos para probar bicicletas infantiles, para niños entre 4 y 8 años, consistente en una gymkhana para los niños con todo tipo de máquinas: desde bicicletas con ruedines hasta otras de su talla, con uso obligatorio del casco para ellos. Y también un circuito para edades un poco más avanzadas con ‘fatbikes’, unas bicicletas de ruedas anchas y mucha rigidez. El circuito contemplaba algunos obstáculos a librar por parte de los ciclistas.
Son sólo unos cuantos ejemplos de cómo la diversión, el disfrute de la bici y el aprendizaje de los más pequeños se van ganando un sitio en lugares multitudinarios que sirven para que las empresas, marcas y destinos promocionen su vanguardia y encantos. Y esta noticia sólo puede ser bien recibida entre quienes buscan que la base reciba la máxima atención posible.