Para los niños, aprender a montar en bicicleta es toda una aventura. De ahí que tradicionalmente siempre se usen bicis con ruedines para que se vayan acostumbrando, antes de dejarlos ya a su aire. Pero, ¿cuándo es realmente la edad más apropiada para que los niños hagan sus primeros intentos sobre la máquina?
Pues bien, lo cierto es que la respuesta no es exacta y depende de cada niño. Lo único que sí está claro es que por lo que se refiere a la capacidad motora, es a partir de los cuatro años cuando los niños ya están capacitados para mantener el equilibrio. Hablamos de cuatro como una edad mínima, aunque puede que algunos no sean hábiles hasta los cinco. A partir de esa edad, siempre que no haya algún elemento patológico los niños ya son capaces de pedalear manteniendo el rumbo.
Ahora bien, se dan casos –muchos, de hecho- en los que el niño tarda mucho más en aprender a montar. Pero los problemas no son motrices. Si, como se decía arriba, no hay patologías de por medio, la clave está en una importante falta de confianza y seguridad en sí mismo. El niño realmente no sabe que es capaz de ir en bici sin dificultad, y puede que ese miedo le supere en un principio. Si a eso se le añade alguna caída –sin importancia vista desde fuera, pero todo un mundo a esas edades- que implica haber perdido el control de la bici, se puede originar un problema de inseguridad que retrasa el aprendizaje.
Para ayudar a que los niños superen esos pequeños problemas –tampoco hay que volverse locos ni obsesionarse con esto, pues para ellos supone un gran desafío y deben sentirse apoyados- hay que tirar de paciencia y actitud positiva. Es muy importante que mientras enseñamos a nuestros niños a montar en bici premiemos su actitud y sus progresos. Se sentirán más seguros y confiados y eso les hará avanzar mejor. Hay que contar, también, con la felicidad del niño cuando ve a sus padres orgullosos de él.
La recompensa es importante
Aprender a dominar un vehículo que les aportará grandes beneficios físicos y mentales, y culminar su primer gran acto de superación. No hay una edad determinada para aprender a montar en bici –pues también lo determinan otros factores como el miedo, la curiosidad o el interés por este deporte-, pero podemos hacer que el aprendizaje sea una etapa para recordar en lugar de olvidar.