El deporte es una escuela magnífica para cultivar valores sociales entre los más pequeños. Es un campo de acción idóneo para que nuestros niños aprendan la importancia del esfuerzo, el compañerismo, la capacidad de superación, la solidaridad… Valores muy importantes para el desarrollo educacional de los más pequeños, para que aprendan a ser mejores ciudadanos.
La imagen que ilustra este texto es probablemente una de las más famosas de la historia del ciclismo. Dos grandes campeones, rivales, italianos, en plena disputa del Tour de Francia de 1952, en su etapa reina. La instantánea de Carlo Martini refleja el momento en el que un ciclista le cede su bidón al otro. Los dos iban encabezando la etapa y el Tour, pero nunca sabremos quien cedió el bidón a quien. El fotógrafo nunca desveló aquel misterio sobre la solidaridad entre dos campeones.
El ciclismo sirve para socializar el valor de la solidaridad
El deporte en equipo en el que sólo puede ganar uno. Desde esta anomalía, se han gestado los grandes triunfos de los más grandes campeones: desde el propio Coppi hasta Indurain, pasando por Anquetil y Merckx. Un gran ciclista lo tiene muy crudo sin un gran equipo que le ayude, incluso en las tareas más modestas. Desde suministrarle bidones a cambiarle la bicicleta en momentos de avería mecánica, animarle en los malos momentos, tirar del líder para que reserve fuerzas…
El ciclismo es un complejo trabajo en equipo en el que muchos deben ser solidarios para que uno pueda subir al podio o pueda mantener una buena posición en carrera. La labor de los más modestos o limitados se vuelve importante si el líder responde y en ese objetivo común deben estar todos importantes. Pero este valor de la solidaridad no lo podemos observar tan solo en competición. En muchas pruebas para aficionados tenemos decenas de ocasiones para ser solidarios con nuestros compañeros de ruta o incluso con otros ciclistas que necesitan ayuda: un grito de ánimo, un pequeño empujón para superar un repecho imposible una ayuda mecánica, una cámara para reparar un pinchazo, ofrecer una buena rueda que ayude a los más cansados a superar un tramo contra el viento… Una prueba cicloturista ofrece muchas ocasiones para practicar la solidaridad incluso con aquellos a quienes ni conocemos.
La otra cara de la moneda de esas solidaridad, valor indiscutible del ciclismo, es el agradecimiento. El otro valor y verdadera moneda de cambio para quien ofrece su ayuda a aquel que lo está pasando mal sobre la bicicleta. Por cuestiones como esta, el ciclismo es un deporte tan especial.