En España no es tan habitual, pero es común en la mayoría de países europeos que los aficionados tengan que adaptar su bici de carretera a la época invernal. La crudeza del invierno en muchos de estos países, obliga a proteger también la bici de las inclemencias del tiempo: viento, frío, lluvia, carreteras sucias… La “Winter Bike” es un concepto de bicicleta que bien puede pasar por usar una bici antigua y adaptarla al invierno o bien usar nuestra única y querida ‘flaca’ para que se adapte mejor al rigor invernal.
Sea como fuere, desde aquí os damos una serie de pautas o consejos para convertir de forma sencilla o barata vuestra bici en Winter Bike. En buena medida, adaptarla al invierno es una manera de protegerla y aumentar su cuidado y longevidad. Obviamente, estas pautas son válidas sobre todo para aquellas zonas en las que el frío y la lluvia sean más habituales.
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Guardabarros:
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Guardabarros (opción B):
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Luces:
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Cubiertas:
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Grasas y lubricantes:
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Vestimenta:
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Una ventaja inesperada e importante:
Probablemente el elemento clave para distinguir una Winter Bike. Muchos cuadros racing de carretera no aceptan anclajes clásicos de guardabarros. Para ello, algunas marcas disponen de modelos que se sujetan fácilmente con un sistema de bridas. Hay guardabarros muy ajustados y ligeros que apenas sobresalen del ancho de la cubierta. También los hay que incorporan luces traseras y/o delanteras.
Si un guardabarros convencional nos parece excesivo para nuestra “bici de competición”, siempre podemos usar un pequeño guardabarros de plástico que se ancla sobre los raíles del sillín. Menos voluminoso y también menos eficaz, esta solución evita en parte que se moje la espalda del ciclista, pero no que se ensucie el cuadro de la bici.
Un elemento también esencial para el invierno. Las condiciones lumínicas son muy cambiantes y amanece y oscurece muy pronto. Es fundamental usar luces de posición, nos son ni muy grandes ni muy caras, y sirven para hacernos visibles al resto de usuarios de la vía. Si vamos a rodar aunque sea durante unos kilómetros ya en plena noche, es indispensable una luz de mayor alcance. Hay modelos bastante ligeros, sin batería y que ofrecen una potencia de iluminación considerable. Eso sí, en estos casos los precios ya son más importantes.
Todas las marcas de neumáticos para ciclismo ofrecen algún modelo adecuado para rodar en invierno. Son cubiertas con compuestos más duros, con más dibujo y mayor protección antipinchazos. También son más duraderas, más pesadas y algo más baratas que las cubiertas más racing. De todos modos, las marcas suelen ofrecen gamas completas de cubiertas para el invierno, con sus modelos tope de gama y otros más básicos. Es recomendable usar estas cubiertas con una mayor anchura –25, 26 ó 28C– y también rebajar un poco la presión de inflado.
Si vivimos en zonas de lluvia habitual es importante usar un aceite para la transmisión algo más denso y preparado para el invierno (lubricante húmedo). También conviene proteger la parte externa de los rodamientos (dirección, pedalier, etc.) con grasa para evitar que el agua y la suciedad nos produzcan ruidos con el paso de los kilómetros.
Del mismo modo que es recomendable equipar adecuadamente nuestra bicicleta para el invierno, también lo es que nos vistamos para hacernos lo más visible en la carretera. Hay un sinfín de pequeños accesorios y elementos destinados para incrementar la visibilidad del ciclista: cintas, tobilleras, chalecos, cascos con luces… todos ellos con notables detalles reflectantes. Por tanto, no es necesario cambiar nuestra equipación ciclista al completo, basta con equiparse con algunos de estos pequeños accesorios.
Preparar nuestra bici para el invierno supone, como ya os habréis dado cuenta, que ésta aumente de peso. Para algunos esto les parecerá un inconveniente, pero en realidad no hay por qué verlo así. Tanto si es nuestra bici habitual como un modelo antiguo que usamos para el invierno, pensamos que es bueno que ésta pese uno o dos kilos más. Esto nos permitirá mejorar en el entreno, del mismo modo que muchos deportistas entrenan con pesas, incluso para la carrera a pie u otros deportes en movimiento… Llevar esos dos kilos de más durante tres o cuatro meses es un buen método para mejorar nuestro punto de forma. Cuando llegada la primavera, recuperemos el aspecto y el peso original de nuestra montura, sentiremos que esta es mucho más liviana y que rodamos con mayor facilidad.