Si en la anterior entrada vimos qué herramientas había que llevar necesariamente encima para poder ‘sobrevivir’ sobre la bici en caso de percance mecánico en forma de pinchazo, hoy directamente vamos a aprender a arreglarlo. Es bueno que esto lo hagan los niños desde que empiezan a salir con la bici para que se vayan habituando. Si nosotros lo hacemos por ellos, sólo estamos contribuyendo a que un día cualquiera se queden tirados en la carretera en lugar de tomar la iniciativa.
Arreglar un pinchazo es bastante sencillo, pero al principio puede parecer todo un mundo. Cuando alguien tiene mucha práctica, no debe tardar más de tres minutos en cambiarlo. Nosotros ahora mismo no debemos tener en cuenta el tiempo. Cuando pinchamos, lo más recomendable es cambiar la cámara pinchada por otra nueva para reemprender pronto la marcha. Y ya decidiremos qué hacer con la otra. En cualquier caso, el cambio de cubierta tiene tres pasos:
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Sacar la rueda y desmontar la cubierta
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Cambiar la cámara
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Volver a poner la cubierta en su sitio
Para sacarle la rueda a la bici sólo hay que abrir el cierre que la sujeta a la horquilla y separarla. Dejamos el resto de la bicicleta en un lugar que no estorbe el paso de vehículos, cogemos los desmontadores y hacemos palanca con ellos para sacar parcialmente la cubierta. Y, mientras utilizamos uno de los dos desmontadores como punto fijo de apoyo, vamos moviendo el otro hasta dar la vuelta completa a la cubierta. Al final, la cubierta debe quedar fuera de la rueda por uno de sus dos lados, rodeando la llanta y dentro de la propia rueda en su otro lado. Una vez lo hemos hecho repasamos todas las superficies de la cubierta y el interior de la llanta, para asegurarnos que no hay ningún pincho que nos pueda fastidiar la cubierta nueva.
Una vez la cubierta ya no ejerce resistencia sobre la cámara, la sacamos y la cambiamos por una nueva. Será más fácil si metemos la parte de la válvula arriba. Que la válvula quede mirando hacia el suelo. Y vamos acoplando la cámara al medio arco de la cubierta –que todavía está medio sacada de la llanta. Con la vieja, lo mejor es doblarla bien y echarla al bolsillo. Primero por respeto al medioambiente, ya que el material de las cámaras es muy contaminante, y segundo porque tal vez haya oportunidad de ponerle un parche y tenerla de ‘reserva de emergencia’.
Hay que coger de nuevo los desmontadores y hacer palanca con ellos la contrario que en el paso 1. En vez de sacar la cubierta de la llanta, volveremos a meterla para poder rodar. Es importante tener cuidado de que la cámara no tenga ningún pellizco –dobleces a la hora de ponerla en la rueda que hacen que se pueda romper-. Se puede hacer más sencillo metiéndole dos golpes de aire con la bomba de inflar.
Una vez hecho esto, terminamos de meterle aire y seguimos la marcha tras haberlo recogido todo. Si inflando la nueva cubierta, ésta vuelve a perder aire, puede deberse a uno de esos pellizcos, o bien a que la llanta tenga alguna irregularidad. Por ejemplo, una pequeña astilla en la propia llanta por culpa de un bordillazo. Si es así no hay más remedio que coger el teléfono, pero al menos ahora tenemos recursos para poder seguir la ruta si tenemos un pinchazo.