Ya hemos hablado en algunas entradas de estructuras de base y cantera creadas, o apoyadas especialmente, por ciclistas profesionales que han vuelto su mirada hacia la juventud. Pero hasta ahora no habíamos recapitulado realmente cuántos y quiénes son esos ciclistas que dedican parte de su tiempo y de su dinero para que la base crezca en estos años en que los patrocinadores se han olvidado de ella.
Uno de ellos, quizás el más mediático, es el de la Fundación Contador. Un equipo sub23 y otro juvenil, con un total de 29 ciclistas de hasta cuatro países distintos y jóvenes de todas partes de España. También dispone de una escuela, y es que la Fundación tiene proyecto en todas las categorías menos la cadete, donde participan a través de una colaboración con la Academia Ciclista Maté.
Alejandro Valverde también tiene un proyecto de gran envergadura con más de 70 niños, todos ellos procedentes de Murcia y repartidos entre juveniles, cadetes y escuela. Desde hace muy poco, Ángel Vicioso ha unido su nombre a la Escuela Ciclista Zaragozana por lo que ahora tendrá una estructura que abarca desde escuelas a sub23. En Asturias, Samuel Sánchez hace algo parecido a lo de Valverde. Su MMR Academy abarca desde escuelas a junior y concentra a más de 40 niños.
Por su parte, el ciclista de Cofidis Luis Ángel Maté dirige también una Academia Ciclista con 12 cadetes de toda Andalucía, y preparan novedades para 2017. La Fundación Víctor Sastre recibe la implicación directa de Carlos Sastre, que maneja un equipo juvenil en El Barraco. Joaquim ‘Purito’ Rodríguez posee otra escuela ciclista en Andorra. Y David Arroyo da cobijo a más de 25 niños de entre cinco y 13 años en Talavera de la Reina, destacando además por su proyecto de ‘Aulas Ciclistas’ con el que recorren la ciudad toledana. También el ex profesional Josep Jufré tiene una escuela, y Ángel Edo cuenta con un equipo cadete con el apoyo de Trek. Y a través de su peña ciclista, un joven talento como el cántabro Mario González colabora con la organización de carreras para niños, días de la bicicleta y actividades extraescolares para ayudar a la base.
Efectos contraproducentes
La llegada de los profesionales al ciclismo también tienen efectos contraproducentes en las escuelas ciclistas tradicionales, pero sin duda ayudan a situar al ciclismo base en el escaparate, atraer patrocinadores y utilizar lo bueno del ciclismo profesional para los niños. Aunque esto último ya depende de la forma de trabajar de cada entidad.