La primera gran vuelta de la temporada ciclista ya está en marcha. El Giro de Italia arrancó el pasado viernes en la ciudad holandesa de Apeldoorn y, tras las tres primeras etapas en el país centroeuropeo la caravana se traslada hasta el sur de Italia donde tendrá lugar la ‘primera semana’ completa de la Corsa Rosa que acabará con la durísima contrarreloj de Chianti que será el primer test de todo o nada para los favoritos.
La fiesta de Apeldoorn fue completa porque el corredor holandés Tom Dumoulin se hizo con la victoria en la primera etapa, una corta contrarreloj de nueve kilómetros, y se vistió la primera ‘maglia rosa’ del Giro. Fue además la primera victoria del año para el Giant-Alpecin. El equipo World Tour alemán llevaba un año muy complicado desde que tuvo un grave accidente en Alicante durante la pretemporada cuando una turista atropelló a seis corredores.
Tras la toma de contacto inicial
El territorio de los Países Bajos deparó dos jornadas llanas que, en buena lógica, se resolvieron al sprint. Ahí emerge la figura de Marcel Kittel. ‘Apolo’, el velocista alemán del Etixx-QuickStep, se llevó la victoria ciclista en ambas ocasiones con una facilidad pasmosa. Y eso que la nómina de sprinters en el Giro d’Italia no es cualquier cosa: Greipel, Démare, Ewan, Viviani, Nizzolo, Modolo… pero ninguno ha inquietado en lo más mínimo al germano, que vuelve a reclamar su trono de mejor llegador del mundo cuando está en forma.
Kittel le arrebató la ‘maglia’ a Dumoulin, pero Italia no tiene el mismo terreno que los Países Bajos, y en la etapa de regreso en Praia al Mare el sprinter alemán tuvo que plegarse lo que fue una auténtica batalla campal. La etapa fue para Diego Ulissi, que se filtró en un corte a 20 kilómetros de meta y su compañero Conti logró con un gran trabajo acercarlo al ‘muro’ final. Mientras los velocistas naufragaban y el gran pelotón quedaba reducido a 25 unidades, Dumoulin aprovechaba para bonificar unos segundos y volver a colocarse líder.
Fue el caso de Jean-Christophe Péraud. El francés se fue al suelo y, con el rostro ensangrentado y varios golpes de gran consideración, tuvo que ser atendido en la ambulancia y abandonar la carrera. A sus 38 años, había apostado por la ronda transalpina en este 2016 después de ser segundo en el Tour de Francia 2014. Dada su avanzada edad, quién sabe si esta era la última oportunidad del corredor francés. Hoy por hoy, es hasta difícil que pueda estar en la línea de salida del Tour, donde iba a acudir como segundo hombre para ayudar a Romain Bardet.
De momento no hay grandes diferencias entre los favoritos. Dumoulin mantiene cierta ventaja gracias a su buena crono inicial, pero prácticamente todos los grandes nombres del Giro de Italia están vivos. Sólo Igor Antón, Darwin Atapuma o Cunego –corredores de peso pero que no están en la primera línea por la batalla del rosa- han cedido ya tiempo en estas primeras etapas.