Transcurrió la segunda semana de la Vuelta a España y lo hizo con la emoción habitual, aunque sin apenas sorpresas. La mayor vino en los primeros kilómetros de la etapa reina de Andorra: Chris Froome se fue al suelo. Aunque logró reintegrarse al paquete, pasó un auténtico ‘via crucis’ y acabó cediendo casi una decena de minutos respecto a los mejores. Al bajarse de la bicicleta cojeaba y ahí llegó la sorpresa: tenía el pie fracturado. Había recorrido seis puertos de montaña gravemente lesionado, añadiendo una anécdota más a su perfil de gran profesional del ciclismo a fondo.
Andorra fue la única gran jornada de ciclismo de carretera de esta semana. El recorrido lo auguraba y la actitud de los ciclistas lo cumplió. Hubo batalla abierta, protagonizada por un Mikel Landa que se desentendió de las órdenes de su equipo, Astana, para culminar una exhibición personal con la que llamar a las puertas del cielo y del Sky. Por detrás, su coequipier y teórico jefe de filas Fabio Aru asestaba un golpe definitorio que eliminó a los líderes de Movistar, Alejandro Valverde y Nairo Quintana… Pero dejó vivo a Tom Dumoulin.
El contrarrelojista neerlandés de Giant-Alpecin está siendo la salsa de la Vuelta a España. Es uno de los ciclistas más fuertes, si no el que más, y ha acertado a superar con sus 70 kilos las acometidas de los escaladores ligeros en los finales en alto de Fuente del Chivo, Sotres y Ermita del Alba. Los esfuerzos de Fabio Aru, Rafal Majka y Purito Rodríguez han servido para restarle tiempo, pero no para alejarlo definitivamente del maillot rojo que ahora reposa sobre las espaldas de Purito, fantástico vencedor en Sotres. Fue el único final en alto que se jugaron los favoritos de la general: los otros dos fueron para Alessandro De Marchi y Fränk Schleck gracias a sendas escapadas. Nelson Oliveira apuntó mediante otra aventura el parcial de Tarazona, mientras Danny Van Poppel se adjudicó el esprint de Lleida.
Lo que resta de Vuelta a España deja mucho a la imaginación
Los márgenes son estrechos, con los nueve primeros de la general en menos de cuatro minutos a la espera de que la contrarreloj de Burgos, 38 kilómetros completamente llanos, sacudan la clasificación previsiblemente en favor de Dumoulin. Después vendrán tres jornadas de media montaña: en ellas, los ciclistas tendrán oportunidad de dar la vuelta a su Vuelta. Cofidis, muy presente en las fugas esta semana mediante Yoann Bagot o Cyril Lemoine, tendrá la oportunidad de ser protagonista mediante sus escaladores Stéphane Rosseto y Dani Navarro. Este último, aquejado de dolores en la espalda debido a una caída, renovó un año más su compromiso con la escuadra roja ayer lunes y está deseando agradecérselo a los rectores del equipo con una victoria en ciclismo a fondo como la que consiguió la pasada temporada en Obregón.