En la semana que acaba de finalizar, los aficionados al ciclismo de carretera tenían dos carreras señaladas en rojo. Se trataba de París-Niza y Tirreno-Adriático, dos vueltas por etapas que inauguran la temporada ciclista europea de primera división con su espíritu de travesía. París-Niza discurre de norte a sur, uniendo el corazón de Francia con la Costa Azul, y es conocida como “la carrera del sol”; Tirreno-Adriático atraviesa de oeste a este la ‘bota’ italiana, desde el Tirreno que mira a Sicilia hasta el Adriático que otea la costa balcánica, por lo que se la denomina “la carrera de los dos mares”.
En la ronda del ciclismo de carretera francesa el espectáculo fue superlativo. Pese a que el inicio de la semana fue flojo debido a recorridos llanos y un pelotón amansado por el viento de cara, fue llegar la montaña y desatarse los protagonistas. El campeón del mundo Michal Kwiatkowski fue en todo momento el patrón de la carrera: ganó el prólogo, mantuvo el liderato en el final en alto de la Croix de Chaubouret y fue lo suficientemente audaz para mantenerse bien posicionado tras la media montaña de Niza pese a su relativa debilidad respecto a Richie Porte y Geraint Thomas, dúo de Sky que demostró gran superioridad en las subidas. No obstante, Porte no amarró el triunfo absoluto hasta la cronoescalada definitiva al Col d’Éze.
Aparte de la lucha por la general
París-Niza ofreció varias historias de interés. Por ejemplo, la exhibición de Tony Gallopin en la penúltima jornada, una lejana ofensiva en solitario que el ciclista de Lotto-Soudal logró culminar con éxito. También los esprines fueron bellísimos, con mil alternativas y el líder de Cofidis, Nacer Bouhanni, peleando de tú a tú con Greipel, Matthews, Kristoff…. Al galo le faltó poco para llevarse el gato al agua en varias etapas. Otros ‘rojos’ destacados fueron Nicolas Edet y Luis Ángel Maté, activos en las escapadas y capaces de terminar ambos entre los 20 primeros de la general final, 13º y 19º respectivamente.
Mientras tanto, en Italia se han vivido unos intensos días de competición culminados ayer por la tarde en el Terminillo. Se trata de un puerto de 16 kilómetros de longitud cuya pendiente se va incrementando conforme se aproxima la cima. La batalla entre algunos de los mejores ciclistas del mundo estaba servida y, a cinco kilómetros de meta, Nairo Quintana asestó dos ataques consecutivos que vencieron la resistencia de Alberto Contador, Vincenzo Nibali, Purito Rodríguez, Thibaut Pinot y el resto de estrellas presentes. La gesta del colombiano tomó tintes épicos gracias a la nieve, que a su paso cubrió con un manto blanco la meta.
Esta semana en ciclismo de carretera disfrutaremos de la resolución de una Tirreno-Adriático que parece en el bolsillo de Quintana a falta de la contrarreloj final de este martes. El próximo domingo tendremos el primer Monumento de la temporada, Milán-San Remo: una clásica centenaria en ciclismo cuyo trayecto llano se ve quebrado por diversos repechos, especialmente el Poggio, una ascensión de menos de cuatro kilómetros y pendiente amable a la vera del mar en la cual los grandes rodadores se dejan todas sus fuerzas tratando de distanciar a los velocistas con objeto de evitar el esprín en San Remo. Cofidis participará liderado por Nacer Bouhanni en una prueba que será televisada por Teledeporte y Eurosport. La escuadra ‘roja’ también estará presente durante el fin de semana en las semiclásicas francesas del Loira.