Desde hace unos años algunas de nuestras ciudades se han llenado con ciclistas que montan sobre las llamadas bicicletas fixed, fixie, single-speed o de piñón fijo. El nombre puede variar y no siempre se refieren exactamente al mismo tipo de bici. En este artículo, el equipo Cofidis Like Ciclismo, os damos unas claves para entender mejor cómo son estas monturas y por qué se han puesto de moda:
Fixed o piñon fijo:
Obviamente el nombre ‘fixed’ proviene del inglés y quiere decir “fijo”. Aquí hay que saber distinguir, porque una fixed es una bici con una única marcha (solo llevan un piñón y un plato), es decir una “single-speed”. Esto no quiere decir que sea de piñón fijo. Para que sea de así no deben tener mecanismo de rueda libre. Es decir, las bicis de piñón fijo, como las de pista, no ruedan si no se pedalea. Muchos modelos llevan un buje que permite el doble sistema, ya que dando la vuelta a la rueda se opta por la rueda libre o el piñón fijo.
¿Llevan frenos?
Sí y no. En principio, el uso del piñón fijo no necesita frenos, se frena a contrapedal. Es decir, cortando la cadencia haciendo fuerza con los pedales al revés, lo que implica derrapar y tener un gran control sobre la bici. Algunos modelos (incluso de piñón fijo) llevan freno delantero por motivos de seguridad. Pero también hay fixed que vienen equipadas con doble freno convencional (sobre todo si se usan como rueda libre).
Por qué se han puesto de moda:
Más allá del tema tendencias que en el ámbito urbano es casi una entelequia la principal ventaja de este tipo de bicis sobre el resto de modelos urbanos es su sencillez. Al no tener transmisión, casi no llevar frenos… son bicis que casi no necesitan mantenimiento. Muchas incluso llevan un tipo de cadena que no necesita grasa, con lo cual no manchan y no necesitan ser lubricadas cada cierto tiempo. Al ser tan sencillas, pesan menos (unos 10kg) y son más cómodas de transportar y guardar en un piso, toda una revolución ciclista.
¿Son peligrosas?
Hay muchas quejas sobre el uso alocado de estas bicis en ciudad. Incluso parece que algunas normativas urbanas obligan a llevar al menos un freno delantero. En realidad, y como todo en esta vida, lo peligroso no es la bici en sí, sino el uso que se les da. Ir a toda pastilla por ciudad con este tipo de bici en modo piñón fijo es sin duda una temeridad que pone en peligro al propio ciclista y al resto de usuarios de la vía. Pero usadas con sentido común aportan muchas ventajas para la movilidad urbana.
¿Aportan un plus para el entrenamiento?
El hecho de usar un único desarrollo es muy bueno para mejorar el punto de forma. El ciclista se tiene que acostumbrar a usar la cadencia como principal empuje para la velocidad. En las cuestas trabaja la fuerza de las piernas y en llano irá más rápido cuanto más ágilmente mueva las piernas. Sin duda, puede ser un buen modo para entrenar las piernas de cara a otros retos deportivos. Con ello obviamente no queremos decir que sea bueno ir como un loco por las calles, pero sí que su uso cotidiano ayuda a mejorar el pedaleo y el estado de forma del ciclista.