El invierno es el periodo habitual para entrenarse sobre un rodillo y en este texto os facilitamos algunas de las claves para los recién iniciados en este modo de ciclismo.
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Tipos de rodillo:
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Como en casi todo en la vida, el tema del entrenamiento ciclista en rodillo también se ha sofisticado en los últimos años. Si hace una década, apenas había un modelo más o menos clásico de rodillo, actualmente podemos encontrar varios tipos. Los podemos distinguir por cómo se acoplan a la bicicleta (a la rueda trasera, al casete, etc) o por qué tipo de rodillo o resistencia emplean (mecánicos, magnéticos, hidráulicos, eléctricos). Los mejores rodillos y más modernos serán los que emplean sistemas eléctricos y se comportan como un simulador de ciclismo virtual, muchos de estos modelos permiten cargar recorridos reales con sus cuestas, llanos y bajadas, e incluso etapas clásicas del ciclismo. Muchos van asociados a una pantalla que permite revivir recorridos como si fuera un videojuego e incluso competir con otros ciclistas gracias a la conexión a internet.
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Un lugar adecuado:
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Practicar rodillo requiere de poder habilitar una habitación o espacio en casa para tal fin. Hay que tener en cuenta que en un sitio cerrado, aunque sea en invierno, se sudará mucho más, con lo cual es aconsejable ventilar todo lo que se pueda: ventanas abiertas, ventiladores… En cuanto empecemos a entrenar con la bicicleta subirá la temperatura (ambiente y corporal) y el calor reduce el rendimiento y el nivel de nuestro entreno se resentirá.
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El material necesario:
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Además del propio rodillo para entrenamiento y la bicicleta, lo ideal es disponer de una esterilla sobre la que colocar el rodillo y amortiguar sus movimientos. También necesitaremos un alza para la rueda delantera y mantener la bici nivelada. Una toalla a mano es indispensable para las sesiones, sudaremos mucho y el sudor, además de molesto, es corrosivo y estropea la pintura de la bici. Si usamos un rodillo convencional, que se ancla en la rueda trasera, es recomendable usar una cubierta específica para rodillo; hacen menos ruido y resisten más el desgaste. De hecho, lo ideal sería contar con una rueda trasera específica para el rodillo de entrenamiento.
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Tiempo de las sesiones:
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El rodillo nos aboca a un tipo de entreno intenso. Puede que muy intenso. Como nunca paramos de pedalear, el tipo de esfuerzo es mucho más constante que cuando vamos en bici por la carretera. Aquí no podemos dejarnos llevar en las bajadas o aprovechar el rebufo de otros compañeros de ruta. Cualquiera que hay participado en una clase de spinning sabe de lo que hablamos. Por tanto, no es necesario hacer sesiones muy largas de entrenamiento con Entre 40’ y 60’ es más que suficiente, solo tendríamos que ir alternando series de mayor y menor intensidad durante el pedaleo. Lo habitual es enmarcar lo que es la fase propiamente dicha de entreno entre 10’ previos de calentamiento (de menos a más) y otros 10’ de vuelta a la calma (de más a menos).
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El aburrimiento:
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Hacer entrenamiento con rodillo es muy aburrido. De hecho, se puede decir que es el principal inconveniente. Por tanto, se hace indispensable combatir el tedio de alguna manera. Como hemos dicho más arriba, los modelos más sofisticados funcionan como un simulador y suelen conectarse a una pantalla sobre la que podemos ver un recorrido virtual, con otros ciclistas, paisajes, etc. Si no tenemos esta opción, los métodos clásicos para combatir el aburrimiento son los auriculares con tu sesión de música preferida, poner una pantalla de ordenador o de tele cerca, para poder entretener la vista durante esa casi una hora larga de sesión.
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Hidratación:
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Como ya se ha comentado, sobre la bicicleta con el rodillo se suda mucho, así que es muy importante que nos vayamos hidratando durante y después de la sesión. Cuanto más largo sea el entrenamiento, más necesitaremos beber.
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Ojo con el ruido:
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En efecto, los rodillos suelen ser muy ruidosos y molestos para el resto de habitantes de la casa. El uso de cubiertas específicas para rodillo suele disminuir considerablemente esa molestia y los modelos más modernos han tratado de mitigar este problema. Aún así, el ruido generado es molesto para el resto (el ciclista apenas se dará cuenta y bastante tiene con centrarse en su entrenamiento) y, por eso, recomendamos tener en cuenta este aspecto a la hora de escoger el lugar donde colocar nuestro rodillo para el entrenamiento con bicicleta.