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Paris Roubaix, «El infierno del norte» o «La clásica de las clásicas»

Paris Roubaix, «El infierno del norte» o «La clásica de las clásicas»

Bienvenidos a un recorrido por una de las competiciones más icónicas y desafiantes del mundo: la Paris Roubaix, también conocida como “El infierno del norte” o “La clásica de las clásicas”. Descubre curiosidades, fechas, distancias y héroes españoles que han dejado su huella en esta legendaria carrera. Agárrate bien el manillar porque nos adentraremos en el universo épico de una de las pruebas más emocionantes del ciclismo.

Curiosidades de “El Infierno del Norte”

Paris Roubaix es conocida por sus tramos de adoquines que hacen temblar a los ciclistas participantes. Estos sectores empedrados, como el famoso “Carrefour de l’Arbre” o el “Tranchée d’Arenberg”, añaden un mayor desafío a la carrera. El rugido de las bicicletas sobre los adoquines, el polvo en el aire y la intensidad de la competición hacen que esta clásica sea inolvidable.

En 1907, Georges Passerieu protagonizó una hazaña que supuso un giro inesperado a la historia de Paris Roubaix. Decidió escaparse de un grupo reducido antes de llegar a Douai, evitando así un sprint donde temía ser derrotado. Su valentía lo llevó hasta las proximidades del velódromo de Roubaix, pero la emoción se transformó en incertidumbre cuando, a pesar de estar a metros de la victoria, nadie ingresaba en la pista.

La razón detrás de esta extraña situación fue descubierta más tarde: Passerieu había sido detenido en la puerta del velódromo por un gendarme. Este oficial quería asegurarse de que el ciclista tuviera el plato correcto y obligatorio. Una pelea a gritos resolvió el conflicto, lo que permitió a Passerieu proclamarse ganador.

En 1981, Bernard Hinault, apodado “el tejón”, obtuvo su única victoria en Paris Roubaix. Sin embargo, lejos de celebrar con entusiasmo, expresó su descontento de manera contundente: “París Roubaix es una mierda”. Este comentario fue su respuesta a las siete caídas que experimentó en su debut en el pavé de Roubaix. A pesar de su furia, regresó al año siguiente para imponerse una vez más, pero decidió no volver a participar en la carrera, evidenciando que esta no era de su agrado.

La edición de 2006 trajo consigo una polémica que cambió el destino de algunos competidores. Mientras Fabian Cancellara se encaminaba hacia la victoria, un trío de perseguidores, Hoste, Van Petegem y Gusev, se encontraron con barreras bajas en un paso a nivel. Ignorando las reglas, decidieron cruzar antes de que llegara el transporte, pero la acción les costó la descalificación.

¿Cuándo es Paris Roubaix?

La Paris Roubaix suele disputarse en primavera. La fecha exacta puede variar, pero generalmente se celebra en abril. Esta época del año agrega un reto, ya que los ciclistas se enfrentan a las frecuentes inclemencias del clima, lo que incrementa el carácter épico de esta carrera.

¿Cuántos kilómetros tiene la Paris Roubaix?

La Paris Roubaix no se queda corta precisamente en cuanto a kilómetros. Con una distancia que ronda los 260 kilómetros, los ciclistas no solo compiten contra sus rivales, sino también contra la fatiga y la implacable naturaleza del recorrido. Solo los más fuertes pueden aspirar a alzarse con el triunfo. Después de los primeros 96 kilómetros, los ciclistas se encuentran con los primeros tramos con adoquines.

¿Qué españoles han ganado la Paris Roubaix?

“El Infierno del Norte” sigue siendo una asignatura pendiente para los ciclistas españoles, que tradicionalmente han estado más centrados en las pruebas por etapas. Y es que desde su inauguración en 1896, esta clásica no ha contado con ciclistas españoles que hayan salido victoriosos, aunque algunos sí que han subido al podium.

Como ya sabes, los ciclistas españoles de mayor valía se preparan cada temporada para las grandes vueltas por etapas: Tour de Francia, Giro de Italia y Vuelta a España. Solo Juan Antonio Flecha se acercó al triunfo al conseguir un tercer puesto en 2005, mientras que Miguel Poblet alcanzó el segundo lugar en 1958 y el tercer puesto en 1960. Sin embargo, la gloria máxima se ha escapado hasta la fecha.

“Es una carrera completamente distinta”, sostiene Pascual Momparler, seleccionador español de ruta y ciclocross. La París Roubaix, que concluye en el mítico velódromo, presenta un desafío único, reservado para los rodadores expertos en terrenos complicados y amantes de las explosivas jornadas de un día. En ese campo, los ciclistas españoles no se desenvuelven tan bien como sus competidores. De hecho, al contrario de las escuadras de Bélgica, Países Bajos o Francia, los equipos españoles ven estas clásicas y el ciclocross como pruebas menores.

Ciclistas como Mathieu Van der Poel, exponente de esta nueva generación, se benefician de un cambio de tendencia en las carreras. “Ahora esta clásica es diferente”, explica Momparler. Antes el ritmo era más lento y se aceleraba hacia el final, cuando las cámaras de televisión comenzaban a cubrir el evento. Sin embargo, en la actualidad, las transmisiones televisivas cubren prácticamente toda la carrera desde el inicio. Todos quieren destacar y, para ello, se requiere resistencia y habilidades técnicas, características más propias del ciclocross.