La lucha contra el cronómetro ha sido siempre un ingrediente principal en las vueltas por etapas (especialmente, en el Tour de Francia). Aunque, en la actualidad, por la complejidad logística de su organización, las contrarrelojes escasean, lo cierto es que la historia ha dejado algunas para el recuerdo.
No son pocas las ocasiones en las que unos cuantos segundos han sido suficientes para determinar la victoria final en la ronda gala. Este tipo de etapas premia al más fuerte en carrera y sirve, además, para compensar los desequilibrios que se producen en la montaña.
¿Estás preparado para recordar algunas de las más fulgurantes que nos ha dejado La Grande Boucle a lo largo de sus 110 ediciones? ¡Sigue leyendo y disfruta!
Tour del 89: LeMond y Fignon
La última etapa de la 76ª edición del Tour, la más igualada que se recuerda, fue determinante para que, finalmente, fuera el corredor estadounidense Greg LeMond quien se llevara el triunfo en la clasificación general, arrebatando el liderato in extremis al francés Laurent Fignon.
En esta contrarreloj de 24 kilómetros, LeMond fue capaz de remontar los 8 segundos de desventaja con los que partía al inicio de la jornada. En una etapa de película, pudo aventajar en 58 segundos a Fignon, para acabar vistiéndose de amarillo en París.
Tour del 87: Perico Delgado y Roche
El irlandés Stephen Roche fue el ganador del Tour de Francia en 1987, en una 74ª edición que dejó para el recuerdo la amarga derrota de Perico Delgado en la contrarreloj de 39 kilómetros celebrada en Dijon.
Un batacazo, su séptimo puesto, a dos etapas para el final y con el liderato en el bolsillo, cuando muchos soñaban con otro ganador español en la ronda francesa tras Bahamontes y Ocaña.
El segoviano no pudo aguantar el ritmo impuesto desde el inicio por Roche, que, finalmente, le sacó 40 segundos en la clasificación general, relegándolo a la segunda plaza.
Tour del 92: Miguel Indurain
El todopoderoso corredor de Villaba tomó el testigo de Delgado -quien en el 88 enmendaría su error del año anterior imponiéndose en París- y volvió a poner al ciclismo español en lo más alto con su excelso papel en el Tour de Francia de 1992.
El pentacampeón cubrió los 65 kilómetros de la contrarreloj disputada en Luxemburgo en 1 hora y 19 segundos. Aquel 13 de julio comenzó a forjar su leyenda, doblando a tres de sus rivales y demostrando su potencia y capacidad de sacrificio.
Ese año, Indurain acabó ganando la ronda gala tras su hazaña en Luxemburgo, que le sirvió para ser considerado como el mejor contrarrelojista de la historia, junto a Jacques Anquetil.
Tour del 94: Indurain y Rominger
El 11 de julio de 1994, dos años después, el navarro volvió a protagonizar otra de sus grandes actuaciones en la gran vuelta francesa.
En esta ocasión, en la contrarreloj de 64 kilómetros disputada en Bergerac, donde el calor asfixiante que marcó la jornada no pudo impedir que Indurain volara a más de 50 km/h de media.
En esta exhibición, otro eslabón importante en el éxito de su carrera, sacó 2 minutos de ventaja a Tony Rominger, especialista en este tipo de etapas y su gran rival por aquel entonces.
Esta inolvidable etapa dejó un momento para el recuerdo: al navarro doblando a un jovencísimo Lance Armstrong, que a la postre se convertiría en otro gran campeón de la historia del ciclismo.
Tour del 59: Bahamontes y Anquetil
Si hemos recordado anteriormente a Anquetil y lo hemos equiparado a Indurain es por el hecho de que el francés, que se desempeñó en la vuelta gala tres décadas antes, regaló también muy buenas actuaciones en la lucha contra el reloj.
Monsieur Crono, ganador de cinco tours, era un auténtico especialista y un corredor muy completo. No obstante, en aquel 1959 nada pudo hacer para frenar a Federico Martín Bahamontes, el primer español en adjudicarse la victoria en esta importante prueba francesa.
Especialmente recordada es la cronoescalada de 12,5 kilómetros en el Puy de Dôme, que correspondía a la 15ª etapa de aquella edición número 46 del Tour. El Águila de Toledo se impuso con un tiempo de 36 minutos y 15 segundos por delante de Charly Gaul y Henri Anglade.
Anquetil no tuvo su día y no pudo pasar del 4º puesto, perdiendo más de 3 minutos con Bahamontes y dinamitando todas sus opciones de victoria en la clasificación final.
El toledano mantuvo su gran estado de forma durante toda la carrera y eso le valió para hacer historia en el ciclismo internacional. Él mismo achacó su triunfo a una nueva rueda que usó para su bicicleta, más ligera y con menos radios que las convencionales.
Seguro que te has quedado con ganas de revisar todas estas etapas que te hemos recomendado. Si te interesa descubrir más curiosidades del ciclismo y de su historia, no dejes de acceder al apartado de noticias sobre ciclismo de nuestra página web.