Como venimos afirmando en este espacio, los niños suelen aprender mucho por imitación de lo que ven de sus padres. Ya en entradas anteriores habíamos abordado el debate de los materiales y la hidratación y, sobre todo, la necesidad de que los niños únicamente disfruten en la práctica del deporte. Hace unos días, todo un campeón como el ex pistard Sergi Escobar estuvo de competición con sus hijos en la Copa Catalana Infantil. En esta entrada comentamos lo que escribió sobre su experiencia.
“No me fui tan contento como mis hijos, porque vi cosas que creo desde mi posición como padre no me gustaron nada en absoluto. No me gustó ver niños y niñas con bicicletas de 6000€ con cambios electrónicos. No me gustó ver ruedas de perfil 60 y 2000€ a un chaval de 30kilos que no le sirven para nada. No me gustó ver padres chillando a su hijo que se esforzara con un cigarro en la mano. No me gustó ver padres/entrenadores dando vueltas en el circuito sin casco”. Evidentemente, todo ese material es un gasto innecesario. El niño no irá más rápido, se le está acostumbrando a llevar siempre ‘lo mejor’ sin ganárselo y, por tanto, a no valorar lo que tiene. Y, además, si se produce una caída o avería –que son muy frecuentes en estas categorías- la reparación sale cara.
El propio Escobar viene a confirmar esto:
“Y todo esto alguno lo vera normal, pero yo creo que este sobre equipamiento no ayuda a que nuestros hijos valoren lo que tienen, y yo soy el primero que me gustaría montar una bici de carbono de 11v a mis hijos, material tengo de sobras! ¡Pero tienen que apreciar el valor de las cosas y a luchar por ellas!”. Son palabras de un ex ciclista profesional y gran campeón en pista.
Y ahora viene, como el propio corredor dice, lo peor: “Pero hubo una cosa que me enfermo más aún y que pude ver en unas cuantas ocasiones… ¡¡Qué hacéis dándoles un RedBull o una Cocacola 10 minutos antes de salir a correr a vuestros hijos!! ¡¡Solo tiene 8 o 10 años!!”. Desde luego, es una irresponsabilidad de enormes proporciones. La coca-cola tiene un sinfín de azúcares malos para el organismo, que desde luego no lo optimiza antes de correr. En cualquier caso después, y desde luego no para niños. Y el RedBull contiene una sustancia llamada taurina que puede provocar taquicardias, sobre todo en corazones que aún no están desarrollados. En carreras que no duran ni una hora, el agua y en cualquier caso algunas sales diluidas son más que suficientes.
Finalmente termina con una reflexión de lo más acertado: “Mis hijos beberán agua con un poquito de sales sabor fresa o limón, y cuando se lo hayan ganado, algún día les montare una bici de carbono con un grupo electrónico…”. Realmente, para la hidratación no hace falta más. De hecho, esa agua con unas cuantas sales diluidas son mucho mejores para el niño que un RedBull o una Coca-cola, y más antes de la carrera. En cuanto al carbono y los grupos electrónicos, son caros y requieren unas reparaciones muy costosas. No es para niños. No podemos estar más de acuerdo con Sergi.