La semana pasada propusimos en este espacio un ejercicio para mejorar el equilibrio en bicicleta. En principio, este puede parecer más fácil que el anterior que contábamos, consistente en coger el bidón cambiando la posición del cuerpo en la bici. Pero cuidado, porque no es tan sencillo como parece y podemos llevarnos más de una sorpresa.
Como en el anterior caso, son necesarios muy pocos recursos a la hora de realizar el ejercicio y además este es para todas las edades. Valdrá con pintar dos líneas en el suelo con una tiza. O, si no, buscar un lugar a la sombra y marcar las mismas líneas con un chorro de agua del propio bidón. Decimos que es preferible que sea a la sombra porque en este tiempo el calor puede evaporar el agua y ‘secar’ la línea demasiado pronto.
El ejercicio es tan sencillo, y a la vez tan complejo, como andar en línea recta por dentro de esas dos líneas. Se pueden poner también dos picas, o simplemente dos troncos pequeños, aunque es mejor que para eso el niño ya tenga algo más de manejo para evitar posibles ‘tropiezos’. Y es que la trayectoria rectilínea es relativamente fácil de mantener cuando se lleva una velocidad más o menos alta.
A medida que se ralentiza el ritmo
Cada vez se hace más complicado. Conviene que el aprendiz llegue a la línea con algo de inercia para que tenga que bajar un poco la velocidad antes de entrar en el trazado recto. Las primeras veces se puede realizar algo más rápido para ir poco a poco dificultando el ejercicio.
Cuando haya que hacerlo muy lento, el niño debe jugar con la pedalada, sin llegar a dar la vuelta completa a las bielas y dándole el impulso justo para que avance la bici, tratando de mantener el manillar siempre derecho para no perder el control de la bicicleta. La salida debe hacerse dando una última pedalada más fuerte para lanzar un poco la bici.
Una vez el niño tenga completamente dominado el ejercicio, éste se puede complicar aún más añadiendo algunos elementos. Por ejemplo, realizarlo sobre el bordillo de una acera o completarlo de pie sobre la bici. En definitiva, un ejercicio al alcance de cualquiera y con el que los niños empezarán a adquirir destreza muy pronto. Además, apto para realizarse desde las edades más tempranas. La técnica es el aspecto más importante sobre la bici, y la infancia es la mejor edad para mejorarla.