Con el auge de la biomecánica, muchos conceptos del ciclismo que estaban asumidos se han visto desfasados o, cuanto menos, cuestionados. Uno de ellos es algo tan simple como el pedaleo, ese gesto que hace que la bicicleta avance y que puede parecer muy sencillo –realmente lo es- pero si lo miramos a fondo tiene una serie de matices que hacen que ese movimiento sea óptimo o no. Puesto que hablamos de niños, el aprovechamiento de la energía para ir más rápido es en realidad secundario, pero sí es algo que se debe ir buscando y que, además, lleva consigo la prevención de lesiones.
Aunque no sea necesario obsesionarse, es conveniente buscar una pedalada en la que las rodillas vayan de arriba hacia abajo como si se tratara de dos pistones. De esta manera el esfuerzo no sólo será más eficiente –es decir, que el trabajo de los músculos se aprovechará mejor en el avance de la bici y permitirá ir más rápido con el mismo esfuerzo- sino que sobre todo se evitan posibles tendinitis. Regular la posición del sillín y el manillar es fundamental, porque si está demasiado bajo las rodillas tenderán a irse hacia afuera.
Hay que dejar claro, también, que la morfología de cada niño es diferente y que el crecimiento tiende a igualar descompensaciones de cadera o piernas que un chaval pueda tener de pequeño, de ahí que sea bueno visitar a un biomecánico que ajuste sillín, manillar y posición de las zapatillas y ayude a minimizar ese riesgo de lesiones. La técnica de la pedalada debe ser lo más parecida a un círculo perfecto en su dibujo, es decir, vista desde el lateral. Esto es sencillo verlo cuando un niño acostumbrado al bike pasa a la carretera. En el MTB se tiende a pedalear de forma más agresiva, por lo que las rodillas y los talones no llegan a dibujar ese círculo cuando miramos el pedaleo desde el lateral, mientras que en carretera sí es más sencillo hacerlo.
Igualmente, es importante saber que a la hora de pedalear, la máxima fuerza hay que realizarla cuando tenemos el pedal en su parte más alta, empujando hacia abajo –el pistón antes mencionado- con la rodilla donde se acciona el cuádriceps y los isquiotibiales, para empujar ligeramente hacia atrás antes de que el pedal llegue a su parte más baja. De esta manera se evita tener que tirar después hacia arriba, en un esfuerzo que desgasta el músculo y no genera beneficio alguno. Antes de que el pedal llegue arriba del todo se vuelve a empujar, para aprovechar toda la fase de bajada generando fuerza.
La pedalada es la base del movimiento en la bicicleta
Y ya que el ciclista no puede dejar de pedalear mientras esté subido en el vehículo, es bueno saber cómo hacerlo de la mejor manera. Para aprovechar mejor las fuerzas y, sobre todo, hacer un ejercicio completamente sano y sin riesgos de llevarnos un susto en forma de lesión.