Sería ingenuo decir alegremente que los padres de los niños tienen que estar, siempre, al margen de lo que hagan en las escuelas ciclistas. Es totalmente imposible, porque al final en estas primeras categorías no hay infraestructura suficiente para que los equipos lleven a correr a los niños, ni tampoco para ir a los entrenamientos o las convivencias en caso de que éstas se hagan. Los padres, pues, son un apoyo económico y logístico fundamental.
Sin embargo, sí hay ciertos límites que no pueden sobrepasar y a menudo se superan. Al final hemos de tener en cuenta que los padres son los que conviven con los niños a diario, y evidentemente éstos van a tomar en mayor consideración las indicaciones que les den dejando al director o monitor en un segundo lugar. Por tanto, resulta fundamental que las familias estén en constante sintonía con la línea que llevan los directores. De lo contrario, todo el trabajo positivo que se pueda desarrollar con los niños quedará neutralizado.
Por poner sólo un par de ejemplos prácticos que no es raro ver en las carreras de ciclismo base: una reunión del director con los ciclistas para poner en práctica, durante una prueba, algunos conceptos tácticos con el objetivo de que los niños los aprendan. Pues bien, desde el momento de la reunión hasta el inicio de la carrera son muchos los padres que, por detrás, dan indicaciones distintas a los niños. Resultado: no se hace el trabajo que se debería, hay una oportunidad perdida de aprender y mejorar y, probablemente, el resultado de la carrera tampoco sea especialmente motivador.
Tampoco en los entrenamientos deben incidir los padres
Aunque todavía falta trabajo por hacer en este campo, los directores de escuelas y equipos cadete y junior están cada vez mejor formados y, por lo general, saben perfectamente el entrenamiento y las condiciones que necesitan los niños para progresar sin fatigarse. Cambiarles esas pautas sólo terminará en consecuencias negativas.
Los padres son los responsables de la educación de los niños, deben estar pendientes a que las notas escolares sean las adecuadas y a que tengan unos valores y comportamiento civilizados. Una vez entran en la escuela, el que debe llevar a cabo su trabajo es el director. La familia es un gran apoyo, pero no puede estar por encima del equipo o, de lo contrario, se echará a perder lo que podría haber sido una buena y provechosa temporada.