Comprar una bici de ciclismo de montaña puede ser algo complejo, especialmente si atendemos a los múltiples usos que se les puede dar a este tipo de bicis.
Sin la pretensión de ser dogmáticos ni de fijar ningún esquema estricto, en este post queremos contribuir a aclarar, en la medida de lo posible, las dudas que puede tener un posible comprador de una bici de montaña. Obviamente, este escrito se dirige a un usuario que empieza en esto del ciclismo de montaña y que no es experto en material de bicis. Pensamos que muchos aficionados se pueden hacer un lío debido a la gran variedad de tipos de bicis de montaña que hay en el mercado, además de los diferentes tipos de rueda, modalidades, etc.
Presupuesto y uso
Obviamente, hay dos criterios básicos que hay que tener claro antes de comprarse una bici: ¿con qué presupuesto contamos? y ¿para qué la quiero usar? La primera cuestión es sencilla de contestar y cada persona es un mundo. Hay quien podrá disponer de un presupuesto holgado y otros muy ajustado. Aún así, recordemos que la horquilla de precios en una bicicleta es enorme, independientemente del tipo de bici, y puede ir desde 6000 euros o más (en los modelos de gama muy alta), hasta los 250 o 300 euros de las bicis más modestas (difícilmente encontraremos bicis nuevas de BTT por debajo de este precio). Una opción para mejorar nuestras posibilidades es optar por una bici de segunda mano, de este modo podremos rentabilizar mejor nuestro presupuesto. Las bicis suelen perder valor muy rápidamente y un modelo de gama alta o medio-alta con tres o cuatro años puede ser una buena oportunidad (eso sí, antes habría que asegurarse que el especialmente el cuadro no haya sufrido roturas y que esté en condiciones).
En cuanto al uso, el abanico de posibilidades es muy grande y, obviamente, puede variar con el tiempo. Puede que al principio pensemos en comprar una bici de montaña para dar paseos en familia o ir tranquilos por terrenos fáciles y llanos y que, con el tiempo, evolucionemos hacia actitudes más deportivas: más desnivel, terrenos más complicados… Aquí hemos de advertir que no hay una bici ideal para todo. Es decir, la bici idónea para pasear no lo será para ir lo más rápido posible por terrenos abruptos y viceversa. El tipo de bici que usemos debe evolucionar en la medida que evolucionen los gustos y apetencias del ciclista.
Quizás lo mejor, si no disponemos de un gran presupuesto, y queremos aprovechar al máximo nuestra inversión, es que intentemos encontrar un modelo de bici que se adapte a nuestras necesidades iniciales pero que sea polivalente a medio plazo, aunque esto suponga gastar un poco más. Es probable, que un neófito se aficione a la bici pronto y poco a poco mejore y quiera ir más rápido y se atreva por terrenos nuevos. En estos casos, recomendaríamos un poco de perspectiva en el gasto inicial, si se compra una bici demasiado sencilla es fácil que pocos meses se nos quede obsoleta, en cambio una bici algo mejor siempre tendrá más recorrido y aceptará mejoras paulatinas durante unos años.