Umbral anaeróbico. Es el concepto clave que hace que nuestro rendimiento como deportistas (ciclistas, corredores, atletas en general…) mejore. El umbral anaeróbico es el punto a partir del cual el organismo no es capaz de neutralizar y reciclar el ácido láctico. Es decir, nuestro cuerpo llega a un punto de colapso muscular y no es capaz de recuperarse del esfuerzo, con lo cual alcanzamos el tope de rendimiento y a acumular fatiga de forma irremediable. A partir de ese momento, nuestro rendimiento baja irremediablemente.
El umbral anaeróbico es muy mejorable con el entrenamiento
De hecho, es el objeto mismo de cualquier plan de entrenamiento ciclista: subir paulatinamente nuestro nivel anaeróbico para que nuestra capacidad muscular sea cada vez mayor. A principios de temporada el umbral anaeróbico se puede situar en torno al 75% de nuestra frecuencia cardíaca. Con el entrenamiento, este porcentaje se puede elevar incluso por encima del 90%. El objetivo final es que nuestro umbral anaeróbico se acerque lo más posible a nuestro consumo máximo de oxígeno.
Lo ideal desde Cofidis Likes Ciclismo para mejorar este concepto básico del entrenamiento ciclista es hacer un test de esfuerzo en algún centro deportivo a principio de temporada. Ese test fijará nuestro umbral anaeróbico y lo pondrá en relación con el consumo máximo de oxígeno, con nuestro pulso cardíaco y con nuestra potencia (o rendimiento). La mejor manera de comprobar nuestra evolución es que, tras un periodo razonablemente largo de entrenos, volvamos a pasar por el centro deportivo para realizar un segundo test de esfuerzo.
En este segundo test, tendríamos que certificar la mejora en nuestro rendimiento y dar por bueno los muchos kilómetros de entrenamientos realizados en las últimas semanas o meses. Lo recomendable es realizar este segundo test, un par o tres de semanas antes de enfrentarnos a las pruebas más importantes de nuestro calendario ciclista.