En el siguiente artículo explicamos las diferentes opciones que existen en España para llevar a los peques en nuestra bici. En realidad no hay un sistema mejor que otro, ya que cada uno tiene sus puntos a favor y en contra. Veámoslo:
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Sillita trasera:
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Sillita delantera:
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Carro o remolques:
Es el sistema más habitual y también el más económico. Las hay de dos tipos, las que van ancladas al tubo vertical de la bici o las que van sobre un portabultos trasero. Suelen marcar un peso máximo de entre 20 y 22 kg. El principal inconveniente de llevarlas ancladas al tubo vertical es que el balanceo puede hacer que la silla toque con la rueda trasera. Sobre un portabultos, la silla va mejor fijada y tiene menos movimiento. Obviamente, la parte negativa de este sistema es que el niño va a nuestra espalda y no puede ver buena parte del paisaje. Es importante que antes de comprar una de estas sillitas nos aseguremos de que están homologadas para la Unión Europea. El precio de estas sillitas oscila entre los 40 y los 120€.
Una opción más común en los países del norte de Europa que en España. Suelen ir ancladas sobre el manillar o sobre el tubo horizontal. En Holanda, por ejemplo, algunas bicis están ya preparadas para alojar este tipo de asientos. La principal pega es que limitan más el peso máximo (unos 15 kg) y que pueden entorpecer el pedaleo y la conducción del adulto. A favor tienen que el niño tiene un campo visual mucho mayor, idéntico al del adulto. Hay que asegurarse de que están homologadas para la UE y, al contrario de lo que piensan muchos, son perfectamente legales en España.
Esta opción aporta una buena serie de ventajas. El niño disfruta de más espacio y libertad de movimientos. El carro es más estable, más fácil de arrastrar y se mantiene firme incluso en caso de caída. Además, el límite de peso se incrementa mucho más y se puede transportar a un menor de hasta cinco o seis años (dependerá del tamaño). Sin embargo, este sistema está prohibido en España para circular por carreteras. En pueblos y ciudades dependerá de la normativa local. Esto limita su uso a caminos, pistas y vías verdes. Otro inconveniente es el precio y que ocupa bastante especio en casa.