Cuando se tiene una escuela de ciclismo, o un equipo en categorías de base, lo primero que tiene que trabajar para que todo funcione bien es el espíritu de equipo. Y es que hay quien piensa que el ciclismo es un deporte individual, pero nada más lejos de la realidad. Este es un deporte en el que tienen mucha importancia las fuerzas de cada uno, pero un equipo conjuntado puede salvar a su líder de un sinfín de dificultades.
En cualquier caso, en estas categorías lo principal de un equipo bien trabajado y con espíritu solidario es que se consigue aumentar el factor diversión en las carreras y entrenamientos. Además de estrechar lazos y, sobre todo, adquirir una actitud que va a hacer que el niño, a medida que crezca, esté predispuesto para socializarse mucho mejor en cualquier ámbito. Todo eso se puede lograr trabajando de forma específica el espíritu de equipo en categorías de deporte base.
Para eso, es esencial que se hagan entrenamientos conjuntos de todos los miembros, ocupándose los directores/monitores de que ninguno se quede aislado del resto del equipo. Ahora que estamos en pleno otoño también es una buena opción realizar excursiones en grupo –las rutas de senderismo son una actividad perfecta de pretemporada, al aire libre y en la naturaleza- para romper la monotonía y que no se vean siempre vestidos de ciclista. También se pueden buscar actividades más lúdicas, teniendo en cuenta que son niños y su comportamiento debe ser correcto. Los equipos profesionales, en su primera concentración de pretemporada, suelen realizar actividades de lo más variopinto: carreras de orientación por grupos, batallas de paintball… todo eso es aplicable a las categorías inferiores.
Una vez llegue la temporada
La forma de dar instrucciones en carrera debe ser también en grupo. Juntar antes de la prueba a todos los integrantes del equipo para darles la estrategia a seguir. Si alguno de los integrantes no atiende como es debido, lo más probable es que después no cumpla bien su función en la carrera. Una vez hayan terminado también habrá que realizar una segunda reunión para ver y corregir posibles fallos, y ahí será el momento de llamarle la atención. Es importante que los chavales se sientan con total libertad para decir lo que piensan, y los directores deben presentarlo como una actividad positiva y necesaria para el espíritu de grupo.
Y es que construir un equipo no es cuestión de uno o dos días. Se necesita un trabajo y dedicación de tiempo, pero los frutos a medio plazo son muy satisfactorios. Porque habremos preparado a varios niños para trabajar bien en grupo durante toda su vida.