La BTT es una máquina que sufre mucho debido a la exigencia del terreno por el que se suele rodar; mantenerla a punto con una revisión básica de la bicicleta es clave para disfrutar del ciclismo.
Hace tiempo explicábamos aquí cuáles eran los puntos básicos para mantener la bici de carretera a punto para una escapada de varios días. Ahora es el turno de la bici de montaña, una máquina que necesita de algunos cuidados especiales debido a la exigencia de la disciplina y la mayor complejidad de sus componentes.
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Suspensiones:
Es indispensable que al realizar la revisión de tu bicicleta de montaña prestes atención a las amortiguaciones delanteras y traseras ya que son generalmente los puntos más delicados de las bicis de montaña. Revisar retenes, nivel de aceite, muelles, calibrados… es obligado cada cierto tiempo y, lo más aconsejable es que de ello se encargue un mecánico especializado.
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Tija telescópica:
Casi que podríamos colocar este elemento de las BTT como una amortiguación más. La tija telescópica permite reducir la altura del sillín y afrontar con más seguridad tramos técnicos, pero es un elemento que sufre mucho, así que hay que revisar su mecanismo con cierta frecuencia: sobre todo el sistema hidráulico.
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Tubeless:
La gran mayoría de usuarios de la MTB cuenta con neumáticos tubeless. Es el sistema antipinchazos más eficaz, pero hay que recordar que el líquido interior pierde propiedades cada cierto tiempo. Durante la revisión de tu bicicleta de montaña, es bueno revisar el tubeless al menos una vez al año, limpiar el líquido antiguo y renovarlo.
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Cambio de cadena:
Es el elemento esencial de la transmisión y, si lo cuidamos bien, nos ayudará a alargar la vida de nuestro grupo. Cambiar la cadena debería ser algo habitual cada año, el coste de esta pieza es muy asumible e incluso la operación no es complicada. Hay medidores que indican si la cadena se ha desgastado (estirado) en exceso y toca cambiar. Una señal inequívoca de que la cadena está en mal estado es que salta cuando hacemos fuerza sobre los pedales o no engrana bien al cambiar de marcha. Es fundamental no usar una cadena desgastada durante mucho tiempo, ya que estropearía el resto del grupo: platos, casete, cambio…
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Lubricar la cadena:
Operación sencilla, básica y fundamental para el buen uso de la bici. Cualquiera puede hacerlo en su casa y solo necesitamos un producto desengrasante (no es necesario que sea específico para la bici) y un lubricante (en este caso, si es propio para bicicletas, mejor). Solo hay que limpiar la cadena con un trapo que no suelte hilo previamente mojado con desengrasante. Dejamos que se seque durante unos 5-10’ minutos y después aplicamos el lubricante en la cadena, rotándola con el pedal en sentido contrario a la marcha. Deberíamos hacer esta operación cada dos o tres salidas y siempre que hayamos tenido una ruta con barro o con lluvia. ► Aquí puedes ver el vídeo de cómo hacerlo explicado por el mismísimo Campeón del Mundo de ciclismo Sebastián Mora: ¿Cómo desengrasar la cadena de la bici?
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Cables y fundas:
Estos elementos son los que permiten accionar desde los mandos del manillar el cambio de marcha. Cuando notemos que los cambios van algo duros es el momento de cambiarlos. Cada dos años aproximadamente es bueno que se cambien, sobre todo el del cambio de coronas que es el que más se usa. El coste no tiene porque ser muy elevado. Si solemos salir por terreno embarrado y húmedo quizás hay que hacer un mantenimiento con mayor asiduidad.
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Frenos de disco:
Recuerda que las pastillas de freno es un elemento que sufre mucho desgaste. Algunos modelos pueden durar apenas una salida ciclista si el terreno y el tiempo está muy embarrado, por ejemplo. Siempre hay que estar pendiente de ese desgaste y tener recambios a mano. ¡Fundamental!
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Reapriete de la tornillería:
El ajuste de la tornillería de la bici suele tener una indicación de par de apriete recomendado. Este par indica la fuerza máxima para el apriete de los tornillos para evitar que los pasemos de rosca o los rompamos. Aún así, de vez en cuando es bueno que usemos una llave allen para apretar los elementos de la bici: manillar y potencia, cierres de las ruedas, bieletas de suspensión… Curiosamente, en una bici nueva suele ser común que tengamos que reapretar los tornillos al cabo de las primeras dos o tres salidas. También es importante que apretemos pero sin necesidad de hacerlo en exceso, simplemente que notemos que los tornillos quedan bien asentados. Si aún así, algunos de los elementos se desaprieta habitualmente, deberíamos llevar la bici a un mecánico para que compruebe si es que ese tornillo tiene algún problema.
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Cubiertas:
Los neumáticos son elementos esenciales para el buen disfrute de la bici mtb. El terreno habitual de las bicis de montaña es muy exigente con las cubiertas y el buen comportamiento de estas es clave para sacar todo el partido a nuestra bici. Durante la revisión de tu bicicleta de montaña, hay que estar atentos al desgaste, especialmente de la rueda trasera y su banda de rodadura; si notamos que derrapamos frecuentemente en tramos empinados es una señal de que toca cambiarlas.
¿Que se le debe hacer a una bicicleta nueva antes de usarla?
Antes de aventurarte en las rutas, dedica tiempo a preparar tu nueva bicicleta. Ajusta correctamente la altura del sillín y el manillar para una posición cómoda. Lubrica la cadena y ajusta los cambios para garantizar cambios de marcha suaves. Verifica la presión de los neumáticos de acuerdo con las recomendaciones del fabricante. Un rápido chequeo previo asegura que tu bicicleta esté lista para brindar un rendimiento excepcional desde el primer pedaleo.
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