Fue el 4 de septiembre de 2022, cuando un jovencísimo Thymen Arensman coronó la última cima en alto de La Vuelta en Granada, hasta la fecha. Esta victoria le valió el fichaje por su actual equipo, el INEOS. En una edición donde Evenepoel se posicionaba como revelación contra los favoritos Roglic y Mas, la Hoya de la Mora estaba marcada en rojo (nunca mejor dicho) para la resolución de La Vuelta.
Si te apasiona el ciclismo y disfrutas reviviendo grandes etapas de este deporte, quédate leyendo este artículo. ¡Pocos finales son tan intensos como el último en alto de La Vuelta por Granada! ¿Veremos algo así en 2026?
Un imprescindible en el paso de La Vuelta por Granada
Cuando hablamos de La Vuelta y de Granada, hay un nombre que destaca por encima de todos: el Alto de la Hoya de la Mora. Este puerto es un escenario natural que combina mucho kilometraje y altitud en un solo bloque. Que se lo digan a los ciclistas que hicieron la contrarreloj de este Campeonato de España de 2025. Subir hasta los 2.510 metros supone entrar en un territorio donde la falta de oxígeno pesa, y mucho.
La provincia tiene puertos de sobra para poner en forma a cualquier ciclista, desde los repechos abrasivos del Purche hasta los irregulares muros de Hazallanas, pasando por la Ragua o Haza del Lino. Sin embargo, ninguno ofrece la crudeza y espectacularidad visual que la Hoya de la Mora. Por eso suele ser la joya de la corona cada vez que La Vuelta pasa por Granada.
En el contexto de aquel año, La Vuelta llegaba a Granada con la general muy abierta. Remco Evenepoel poseía La Roja, pero venía de sufrir en la anterior etapa de La Pandera. Roglič había recortado tiempo y Enric Mas mostraba cada día más fortaleza. Miguel Ángel López, siempre peligroso, también se presentaba como candidato a dinamitar el grupo de favoritos.
Se esperaba un duelo directo en los puertos de Sierra Nevada, con la sensación de que esa jornada podría redefinir el resto de la carrera.
El trazado era perfecto para ello. Tras la salida en Martos (Jaén), el pelotón se enfrentaba a un terreno quebrado que preparaba las piernas para lo que vendría después. La etapa, larga y con un desnivel acumulado cercano a los 4.000 metros, proponía un final demoledor. Primero el Purche, con sus rampas implacables que siempre hacen la selección. Después, el muro de Hazallanas. Y tras superar ese infierno, la ascensión final a la Hoya de la Mora. En conjunto, un menú que convertía el paso de La Vuelta por Granada en uno de los días más exigentes de toda la edición.
La última meta en alto de La Vuelta en Granada
El Purche abrió la veda. Ese puerto, tan conocido por los cicloturistas granadinos, empezó a romper la carrera. El ritmo del Jumbo-Visma y las primeras dificultades hicieron que el pelotón se redujera rápido. Varios corredores importantes cedieron terreno y el grupo de favoritos quedó reducido a los nombres esperados. Hazallanas completó la criba. El desgaste acumulado se notaba ya antes de afrontar la subida final y cada ataque dejaba a nombres importantes tocados.
A medida que la carretera superaba los 2.000 metros de altura, la fatiga se hacía evidente. Mas y López fueron quienes encendieron la mecha. Sus constantes ataques pusieron en aprietos a Evenepoel, que optó por modularse y no entrar en cambios de ritmo que podían hundirlo. Roglič, más calculador, esperó hasta los últimos kilómetros para lanzar su acelerón final. La etapa ofreció un buen repertorio de ataques y persecuciones. El paso de La Vuelta por Granada nos dio uno de sus días más vibrantes:
- En cabeza, un fugado Thymen Arensman firmó su primera gran victoria en una gran vuelta, aguantando como un jabato en la subida final.
- Detrás, Mas confirmó su gran momento de forma, recortando tiempo y mostrándose como el rival más sólido para el maillot rojo.
- López, combativo desde que la carretera picó hacia arriba, demostró una vez más su talento para la alta montaña.
- Roglič volvió a dejar destellos de campeón, mientras Evenepoel resistió como pudo para minimizar pérdidas y mantener el liderato.
La Vuelta en Granada tuvo su impacto en la general. Evenepoel salvó La Roja, pero con la ventaja recortada. Mas se consolidó como la principal alternativa. Roglič seguía al acecho. Y Arensman escaló posiciones tras su victoria. La etapa no cambió de dueño la carrera, pero sí ajustó la pelea por el podio y redefinió la confianza de cada corredor de cara a los días siguientes. Quedaba claro que el paso de La Vuelta por Granada había marcado un antes y un después en la edición.
¿Un final así para 2026?
En las últimas semanas se ha hablado mucho del regreso de La Vuelta a Granada en 2026, incluso como final de la prueba. Sierra Nevada siempre está en las quinielas, no solo por tradición, sino por la magnitud deportiva que ofrece. La organización sabe que la Hoya de la Mora garantiza un final apasionante y que su presencia convierte cualquier etapa en una jornada decisiva. Además, la provincia de Granada tiene carreteras para diseñar múltiples etapas de alta montaña. Desde los encadenados que incluyen el Purche, Hazallanas y Pradollano, hasta opciones más abiertas que podrían pasar por la Ragua o incluso enlazar la Contraviesa con llegada en altitud.
Todo apunta a que la provincia de Granada volverá a tener protagonismo en La Vuelta. No sería extraño ver una propuesta que incluya puertos encadenados, final en alto y un trazado que vuelva a sentenciar la general. El regreso de La Vuelta a Granada sería recibido con entusiasmo por los aficionados y confirmaría un vínculo histórico entre la carrera y este territorio montañoso.
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