Muchos de nosotros hemos comprobado como en los últimos dos o tres años la industria de la bicicleta está apostando fuerte por la venta de las bicis eléctricas especialmente en montaña. La industria ha dado un giro a su estrategia de introducción de las e-Bikes de motor eléctrico; si hasta hace poco este tipo de bicis se enfocaba sobre todo a un uso urbano o de transporte, como una solución ecológica y semi-deportiva a una cuestión de desplazamiento, actualmente se ha disparado la oferta deportiva de e-bikes para BTT.
Tal es así, que incluso hay pruebas deportivas ciclistas de gran prestigio (por ejemplo, la Transpyr Gran Raid) en la que se estrenó este año una categoría específica para bicis eléctricas. Obviamente, muchas de esas “categorías e-bikes” cuentan con el patrocinio de las propias marcas de bicis, que quieren promocionar el uso de las mismas.
¿Pero por qué apuesta tanto la industria por este tipo de bicis precisamente ahora?
¿No es contradictorio el que se promocionen el uso deportivo de bicis que van equipadas con motor eléctrico? Antes de responder a estas preguntas cabe señalar una vez más que las marcas ofrecen bicis de pedaleo asistido; es decir, el motor eléctrico ayuda y mucho al pedaleo (de hecho el impulso del motor es regulable), pero hay que pedalear siempre para que la bici avance… no estamos ante una motocicleta.
La industria de la bici lleva evolucionando y expandiendo su mercado desde finales de los años noventa. Se puede decir que el ciclismo, en todas sus modalidades, vive una auténtica edad de oro. Pero los expertos en ventas se dan cuentan de que sus nichos de mercados actuales se agotan y buscan nuevos nichos donde vender más bicis. Las bicis eléctricas son un producto que permite entrar de lleno en una clientela nueva o que había dejado de ir en bici por diferentes cuestiones: edad, enfermedad, lesiones, bajo nivel deportivo…
La principal virtud de las e-Bikes es que permiten al usuario estar al nivel deportivo de otros ciclistas más preparados y compensar así la falta de entreno o el lastre de una lesión. Esto favorece la introducción de ciclistas poco preparados en las dinámicas de grupetas sin que los más avanzados tengan que esperar demasiado a los rezagados. También permite pedalear casi a la par con tu pareja (sea chico o chica) y que ésta no se vea rezagada en cualquier tramo medianamente costoso. También son ideales para ciclistas ya de cierta edad que quizás por alguna lesión han perdido su nivel ciclista anterior pero que, por ejemplo, pueden ser excelentes bajadores en MTB. En ese sentido, es un tipo de bici idónea para los que realmente disfrutan con las bajadas complicadas y usan bicis con geometría de descenso, lo que complica mucho el pode subir cuestas.
Las marcas ven todos estos colectivos como “clientes nuevos” o quizás como clientes antiguos a los que ahora quiere recuperar. Las bicis con pedaleo asistido son sin duda un buen instrumento para practicar deporte con cierta seguridad y sin necesidad de agonizar en cada pedalada. No todo tiene que ser deporte extremo. Otra cosa es que tenga sentido participar en marchas o carreras ciclistas con este tipo de bicis… pero esto ya sería cuestión para otro artículo.