Los Campeonatos del Mundo de ciclismo a fondo se disputaron la semana pasada en Richmond (Virginia – Estados Unidos) y dejaron como cada año un buen saco de historias que comentar. En la crono por equipos inicial, por ejemplo, BMC volvió a dominar la categoría masculina con una superioridad apreciable sobre Etixx-Quick Step. Los Dennis, Phinney, Oss y compañía sometieron por doce segundos a Martin, Kwiatkowski, Terpstra y demás. Fue un duelo ciclista en las alturas en que se coló Movistar Team, que consiguió un bronce magnífico que a la postre supuso la única medalla española de esta semana arcoíris. En categoría femenina repitió victoria Velocio-SRAM, el mejor equipo del mundo en la especialidad como rubrican sus cuatro títulos mundiales consecutivos en la misma, que tristemente desaparecerá a finales de esta temporada.
En las contrarrelojes de categorías inferiores dominaron como es habitual los países del norte de Europa, con el danés Mads Würtz subiendo a lo más alto del podio de la sub23 masculina flanqueado por los alemanes Max Schachmann y Lennard Kamna (ojo a este prodigio de sólo 18 años). La selección germana se desquitó al día siguiente en la manga juvenil masculina, en la que el poderoso Leo Appelt sometió a los favoritos americanos, Adrien Costa y Brandon McNulty. Los estadounidenses, eso sí, tuvieron la satisfacción de dominar las pruebas juveniles femeninas con Chloe Dygert, doble campeona en línea y CRI, a la postre gran estrella local de la cita. En la ruta juvenil masculina sorprendió el austríaco Felix Gall, el más fuerte en el zafarrancho final.
La línea sub23 masculina era una de las carreras más esperadas por cuanto podía suponer un anticipo del desarrollo de las pruebas reinas, tremendamente incierto por cuanto el circuito propuesto era muy poco habitual: muchos kilómetros de llano por anchas avenidas culminados por tres repechos, dos de ellos adoquinados y uno, la 23rd Street, tremendamente empinado. Sucedió que Francia interpretó el trazado a la perfección y fue la gran triunfadora con un oro para Kevin Ledanois y un bronce para Anthony Turgis, joven clasicómano de Cofidis que tuvo un papel clave en la victoria de su compatriota al quedarse a rueda de los ciclistas italianos para frustrar su caza y forzarles a conformarse con la plata de Simone Consonni como único premio.
Las pruebas femeninas absolutas resultaron dos de las más interesantes de toda la semana. En la contrarreloj, Linda Villumsen consiguió una victoria muy deseada, alcanzando el oro tras seis medallas de plata y bronce. Sólo diez segundos la separaron de las siguientes clasificadas Anna van der Breggen, Lisa Brennauer y Katrin Garfoot. Igualmente igualada fue la resolución de la carrera en línea, con la británica Lizzie Armitstead acertando a dominar a sus rivales al esprint. Su imagen tapándose el rostro en una mueca de incredulidad nada más cruzar la meta será uno de los iconos de estos Mundiales.
Si de iconos del ciclismo a fondo hablamos
No hay nadie como Peter Sagan. El ciclista de las piernas de gigante y la actitud infantil ha crecido esta temporada a base de palos en Tinkoff-Saxo y culminó su descomunal temporada con un ataque en la 23rd Street que, seguida de un sensacional esfuerzo en llano y bajada, le concedió el maillot arcoíris, el primer gran triunfo de un ciclista al que no se mide con el baremo del pichichi sino con el de la historia. La selección española, presente en todo momento pese a ser el trazado poco apto para sus características, logró un gran resultado con el 5º puesto de Alejandro Valverde. Mientras, la bala de Cofidis, Nacer Bouhanni, se vio afectado por una de las muchas caídas del día y, aun roto y ensangrentado, logró acabar 21º. Completó la semana la crono masculina absoluta del miércoles, que coronó a Vasil Kiryienka.