Este domingo se corre una nueva edición de la París-Roubaix. Con un gran abanico de posibles ganadores, la clásica de los adoquines se presenta más abierta que nunca. Conocida como “El Infierno del Norte”, la clásica francesa es quizás la más especial de los Monumentos del ciclismo, ya que su dureza no proviene de cuestas empinadas y repechos adoquinados. Sus más de 250 km de recorrido apenas cuenta con desnivel acumulado.
Pese a ello, se trata de una de las rutas más duras a las que puedan enfrentarse los ciclistas profesionales, especialmente si la meteorología se vuelve adversa. Algunas de las imágenes más dantescas y escalofriantes del ciclismo se toman en esta carrera cuando el frío, la lluvia y el barro se dan cita en estos viejos caminos adoquinados. Van Avermaet, Tepstra, Gilbert, Deenkolb, Kristoff, Benoot, Welles y por supuesto Sagan son algunos de los favoritos a una victoria final que también es propicia para segundos espadas que saben escoger su momento.
55 km de pavé para decidir la carrera
En la edición 2018, la 116ª en su historia, la París-Roubaix contará con 29 sectores adoquinados (casi 55 km), todos ellos calificados de una a cinco estrellas en función de su nivel de dificultad. Este año los ciclistas pasarán por vez primera por el sector de Saint-Vaast de 1500m, aunque no hay muchos cambios en el recorrido respecto a las últimas ediciones. De hecho, la parte final y decisiva se mantiene inalterable respecto a 2017, con los tramos de pavé más duros y largos: Trouée d’Arenberg (km 162), Mons-en-Pévèle (km 208,5) y Carrefour de l’Arbre (km 240). Los tres únicos sectores calificados como cinco estrellas.
Por cierto, Teledeporte emitirá en abierto la París-Roubaix 2018 a partir de las 14h.