Inicio > Carreras Ciclistas > Todas las competiciones de ciclismo > La Vuelta a Suiza: Fechas, recorrido y dónde verla

La Vuelta a Suiza: Fechas, recorrido y dónde verla

La Vuelta a Suiza: Fechas, recorrido y dónde verla

Entre las grandes citas del ciclismo mundial, la Vuelta a Suiza o Tour de Suisse ocupa un lugar privilegiado. No solo por su historia, sino también por su importancia estratégica dentro del calendario profesional. A lo largo de sus ediciones, esta competición ha ofrecido espectáculos memorables en un entorno inigualable: los Alpes suizos. En el artículo de hoy hablaremos sobre la edición de este año de la Vuelta a Suiza, y recordaremos antiguas ediciones.

¿Qué es la Vuelta a Suiza (Tour de Suisse)?

La Vuelta a Suiza es una carrera por etapas del calendario profesional de ciclismo en ruta, reconocida por ser una de las más exigentes y prestigiosas del mundo. Forma parte del UCI WorldTour, lo que garantiza la participación de los mejores equipos y ciclistas del planeta.

Es una competición muy importante dentro del calendario porque muchos ciclistas utilizan la Vuelta a Suiza como preparación ideal para el Tour de Francia, ya que su perfil montañoso, sus contrarrelojes y su clima variable ayudan a afinar la forma física y mental.

 

¿Cuánto dura la Vuelta a Suiza?

La Vuelta a Suiza masculina suele celebrarse en junio y tiene una duración de ocho a nueve días, dependiendo del formato de la edición.

Para La Vuelta a Suiza femenina (Tour de Suisse Women), también se disputa en junio, y suele tener una duración menor de entre dos y cuatro días. A pesar de ser más joven, ha crecido rápidamente en prestigio y calidad organizativa.

¿Cuándo y dónde ver La Vuelta a Suiza?

La Vuelta a Suiza será emitida, bajo suscripción de pago, en los canales de Max y Eurosport. Los horarios de emisión de cada etapa serán:

Etapas Vuelta Masculina:

  • Etapa 1: 15/06/25 (únicamente disponible en Max) –  Küssnacht – Küssnacht (129,4 km)
  • Etapa 2: 16/06/25 a las 14:50h – Aarau-Schwarzsee (177 km)
  • Etapa 3: 17/06/25 a las 14:50h – Aarau-Heiden (195,6 km)
  • Etapa 4: 18/06/25 a las 14:50h – Heiden-Piuro (Valchiavenna) (193,2 km)
  • Etapa 5: 19/06/25 a las 14:50h – La Punt – Santa Maria (183,5 km)
  • Etapa 6: 20/06/25 a las 14:50h – Chur-Neuhausen am Rheinfall (186,7 km)
  • Etapa 7: 21/06/25 a las 15:00h – Neuhausen am Rheinfall-Emmetten (207,3 km)
  • Etapa 8: 22/06/25 a las 15:00h – Beckenried-Stockhütte (207,3 km)

 

Etapas Vuelta Femenina:

  • Etapa 1: 12/06/25 –  Gstaad-Gstaad (95,5 km)
  • Etapa 2: 13/06/25 – Gstaad – Campus Sursee, Oberkirch (161,7 km)
  • Etapa 3: 14/06/25 – Campus Sursee, Oberkirch – Küssnacht (123,1 km)
  • Etapa 4: 15/06/25 – Küssnacht – Küssnacht (129,4 km)

 

Historia de La Vuelta a Suiza

La historia de la Vuelta a Suiza comenzó en 1933, en una época dorada del ciclismo europeo. La carrera nació de la iniciativa de un grupo visionario liderado por Géo Voumard, un periodista deportivo suizo que trabajaba para el diario “L’Impartial”. Voumard había observado el éxito creciente del Tour de Francia y el Giro de Italia, y creyó firmemente que Suiza, con sus impresionantes paisajes alpinos y su tradición ciclística, merecía tener su propia carrera por etapas de prestigio internacional.

 

Los orígenes pioneros (1933-1939)

La primera edición se celebró del 29 de agosto al 5 de septiembre de 1933, con un recorrido de ocho etapas que cubría 1.458 kilómetros. El recorrido inaugural partió de Ginebra y visitó ciudades como Lausana, Berna, Zúrich y Basilea, antes de regresar a la ciudad del lago Lemán. La carrera atrajo a 42 ciclistas de seis países diferentes, una participación internacional notable para la época.

El primer ganador de la historia fue el suizo Max Bulla, aunque paradójicamente, Bulla era de origen austriaco pero corría bajo licencia suiza. Esta primera victoria marcó el inicio de una tradición que vería a ciclistas suizos dominar las primeras décadas de la carrera. Bulla completó el recorrido en un tiempo total de 43 horas, 51 minutos y 17 segundos, estableciendo el primer récord histórico de la competición.

Un dato curioso de esta primera edición es que la carrera se decidió por apenas 1 minuto y 23 segundos, una diferencia mínima que ya anunciaba el carácter competitivo y emocionante que caracterizaría a la Vuelta a Suiza en las décadas siguientes.

La primera edición también estableció varias tradiciones que perduran hasta hoy, como la utilización del maillot amarillo para el líder de la clasificación general y la inclusión de al menos una etapa de montaña decisiva.

 

La Era de consolidación (1940-1959)

Los años cuarenta marcaron un período de consolidación y crecimiento para la Vuelta a Suiza. La carrera se suspendió entre 1940 y 1946, pero regresó con fuerza renovada en 1947, demostrando la resistencia y determinación de sus organizadores.

Durante este período, la carrera comenzó a atraer a algunos de los nombres más grandes del ciclismo europeo. En 1951, la Vuelta a Suiza vivió uno de sus momentos más memorables cuando el legendario Fausto Coppi, “Il Campionissimo” italiano, participó y dominó la carrera de manera espectacular.

La victoria de Coppi fue particularmente significativa porque llegó durante su año dorado de 1951, cuando también ganó el Giro de Italia. Su dominio en la Vuelta a Suiza incluyó una exhibición memorable en la etapa reina de montaña, donde dejó a sus rivales a más de cinco minutos.

Durante los años cincuenta, la carrera también experimentó con diferentes formatos y recorridos. En 1953, los organizadores introdujeron por primera vez una etapa prólogo, una contrarreloj corta que se convertiría en una característica distintiva de muchas carreras por etapas. Esta innovación fue posteriormente adoptada por otras grandes carreras, incluyendo el propio Tour de Francia.

 

La internacionalización y el Boom televisivo (1960-1979)

Los años sesenta marcaron el inicio de la verdadera internacionalización de la Vuelta a Suiza. La llegada de la televisión como medio de comunicación masiva transformó completamente el alcance y la percepción de la carrera. Las primeras transmisiones televisivas en directo comenzaron en 1962, aunque inicialmente se limitaban a las llegadas de las etapas más importantes.

En 1964, la carrera vivió uno de sus momentos más históricos con la participación del belga Eddy Merckx, quien por entonces era aún un joven promesa del ciclismo mundial. Aunque Merckx no ganó esa primera participación, su presencia marcó el inicio de una relación especial con la carrera suiza que culminaría con sus victorias posteriores.

El período entre 1965 y 1975 fue testigo de una revolución en la organización de la carrera. Los organizadores, conscientes del potencial televisivo de los paisajes suizos, comenzaron a diseñar recorridos específicamente pensados para la transmisión televisiva. Esto incluyó la selección de puertos de montaña con vistas espectaculares y la creación de llegadas en pueblos pintorescos que pudieran capturar la esencia de Suiza.

En 1971, la Vuelta a Suiza experimentó con un formato expandido de diez etapas, el más largo en su historia hasta ese momento. Esta edición incluyó por primera vez una etapa que cruzaba hacia Francia, específicamente a Chamonix, estableciendo un precedente para futuras incursiones internacionales. La etapa de Chamonix se convirtió en legendaria no solo por su belleza paisajística, sino también por su dureza técnica, incluida la ascensión a varios cols alpinos franceses.

Durante los años setenta, la carrera también comenzó a establecer sus características técnicas distintivas. La introducción de cronometraje electrónico en 1974 permitió mediciones más precisas y emocionantes finales, mientras que la mejora en las comunicaciones por radio entre organizadores, equipos y medios de comunicación hizo posible una cobertura más profesional y detallada.

Un dato curioso de esta época es que en 1976, la Vuelta a Suiza fue la primera carrera por etapas en introducir el concepto de “zona de meta móvil”, permitiendo que las llegadas de etapa se ubicaran en lugares más espectaculares pero técnicamente desafiantes para la organización tradicional.

 

La Era de los grandes campeones (1980-1999)

Los años ochenta y noventa representaron la edad dorada de la Vuelta a Suiza en términos de prestigio y calidad de participantes. Durante este período, prácticamente todos los grandes nombres del ciclismo mundial incluyeron la carrera suiza en sus calendarios, convirtiendo cada edición en un espectáculo de primer nivel.

En 1983, la carrera vivió uno de sus momentos más emotivos cuando el irlandés Sean Kelly logró una de sus victorias más memorables. Kelly, conocido por su versatilidad y dureza, dominó una edición particularmente exigente que incluyó condiciones meteorológicas adversas en las etapas de montaña.

El año 1986 marcó otro hito histórico con la primera victoria del estadounidense Andy Hampsten, quien se convertiría en el primer no-europeo en ganar la Vuelta a Suiza. La victoria de Hampsten fue particularmente significativa porque demostró que la carrera estaba alcanzando verdadera relevancia global.

Durante los años noventa, la Vuelta a Suiza se consolidó definitivamente como la carrera de preparación preferida para el Tour de Francia. Esta reputación se vio reforzada por las victorias de Miguel Indurain en 1991 y 1992, años en los que el español también ganó el Tour de Francia. Indurain utilizó la carrera suiza para afinar su forma física y táctica, estableciendo un patrón que muchos futuros ganadores del Tour seguirían.

La década de los noventa también vio la modernización completa de la organización de la carrera. En 1994, se introdujo el sistema de clasificaciones por puntos informatizados, permitiendo actualizaciones en tiempo real de todas las clasificaciones.

Un aspecto particularmente interesante de este período fue el desarrollo de la “cultura de la hospitalidad suiza” en la carrera. Los organizadores comenzaron a enfatizar no solo el aspecto deportivo, sino también la experiencia cultural, gastronómica y turística de la competición. Esto incluyó la creación de eventos paralelos, degustaciones de productos locales en las salidas y llegadas de etapa, entre otros.

En 1995, la Vuelta a Suiza introdujo una innovación que posteriormente sería adoptada por otras carreras: el concepto de “etapa espectáculo”, diseñada específicamente para ofrecer el máximo atractivo televisivo y deportivo. Esta etapa, tradicionalmente la penúltima, combinaba una contrarreloj en subida con una llegada en un lugar emblemático, creando un clímax dramático para la carrera.

 

El Siglo XXI: modernización y expansión global (2000-2024)

La entrada en el nuevo milenio trajo consigo una revolución completa en la organización y proyección de la Vuelta a Suiza. El año 2000 marcó el inicio de una nueva era con la implementación de tecnologías digitales avanzadas, transmisiones televisivas en alta definición y una presencia creciente en internet y redes sociales.

En 2005, la carrera experimentó uno de sus cambios más significativos cuando se unió al recién creado UCI ProTour (posteriormente UCI WorldTour), garantizando la participación de todos los mejores equipos del mundo y elevando aún más su estatus internacional. Esta integración en el sistema WorldTour aseguró que la Vuelta a Suiza mantuviera su relevancia en un calendario ciclístico cada vez más competitivo y globalizado.

El período entre 2010 y 2020 vio algunas de las ediciones más emocionantes y competitivas de la historia de la carrera. La participación regular de ciclistas como Fabian Cancellara (que ganó en 2009), Bradley Wiggins, Chris Froome, Geraint Thomas y Egan Bernal demostró que la carrera había mantenido su atractivo para los mejores ciclistas del mundo.

Un momento particularmente memorable llegó en 2018, cuando la carrera celebró su 85º aniversario con una edición especial que rindió homenaje a su rica historia. Esta edición incluyó etapas que recreaban parcialmente algunos de los recorridos históricos más emblemáticos, permitiendo a los aficionados revivir momentos clásicos de la carrera.

La pandemia de COVID-19 en 2020 y 2021 presentó desafíos únicos para la organización de la carrera. Los organizadores demostraron una adaptabilidad notable, implementando protocolos de seguridad sanitaria estrictos que permitieron que la carrera continuara celebrándose cuando muchas otras competiciones fueron canceladas. Estas ediciones “pandémicas” se caracterizaron por la ausencia de público en muchas zonas del recorrido, pero mantuvieron el alto nivel competitivo y la calidad organizativa que caracterizan a la Vuelta a Suiza.

 

Innovaciones tecnológicas y sostenibilidad

En los últimos años, la Vuelta a Suiza ha sido pionera en la implementación de tecnologías avanzadas para mejorar tanto la experiencia de los espectadores como la seguridad de los ciclistas. En 2019, se introdujo el sistema de rastreo GPS en tiempo real para todos los participantes, permitiendo seguimiento detallado de posiciones, velocidades y gaps durante las etapas.

La carrera también ha sido líder en iniciativas de sostenibilidad ambiental. Desde 2020, todos los vehículos oficiales de la organización utilizan combustibles ecológicos o son híbridos/eléctricos. Además, se han implementado programas de reciclaje integral en todas las zonas de salida y llegada, y se ha establecido una política de “impacto cero” en los paisajes naturales por los que pasa la carrera.

 

Ganadores de La Vuelta a Suiza

A lo largo de sus más de 90 años de historia han sido muchos los corredores que han participado en la Vuelta a Suiza. Destacan:

  • Ferdi Kübler: El suizo tiene el récord de más victorias. Ganó la carrera en cuatro ocasiones (1942, 1948, 1949, 1951), aunque es importante notar que sus dos primeras victorias llegaron cuando la carrera tenía un formato diferente.
  • Miguel Indurain, Jan Ullrich y Tony Rominger: comparten el récord de dos victorias.

 

La Vuelta a Suiza es mucho más que una carrera de ciclismo: es tradición, es estrategia, es montaña y es espectáculo.  No te pierdas la edición de este año.

Sigue leyendo más en Carreras Ciclistas sobre todas las competiciones de ciclismo.