La pandemia de la Covid19 ha puesto de actualidad el uso de mascarillas en la vida cotidiana y también en la bici, pero lo cierto es que ya eran recomendables antes de la pandemia.
Lo diremos desde el principio: ya sabemos que el uso de mascarillas para ciclismo deportivo no es obligatorio, quizás ni siquiera recomendable para su práctica Como se ha dicho en otras ocasiones, al hacer deporte exhalamos dióxido de carbono y la mascarilla haría un tope perjudicial que evitaría que expulsáramos esos gases. Cuanto más intensa sea nuestra actividad deportiva, más perjudicial e incómodo puede ser el uso de la mascarilla.
Sin embargo, su uso sí que es recomendable para protegernos y proteger a los demás durante esta pandemia si usamos la bici de forma moderada, para dar un paseo o como medio de transporte. De hecho –y creemos que es importante recordar esto– hace años que se venden mascarillas para ir en bici, especialmente como complemento para protegerse de la contaminación en las ciudades. Como ya sabemos, este tipo de uso, cotidiano, era mucho más habitual en países asiáticos que en países europeos, y no digamos ya en España.
En realidad, el uso de mascarillas para el ciclismo urbano, especialmente en ciudades o entornos con altos picos de contaminación es muy recomendable. El filtro de la mascarilla permite “limpiar” parte el aire que respiramos y reducir así la cantidad de partículas nocivas inhalamos. Algunos de estos modelos de mascarillas cuentan con un sistema de filtro intercambiable. Otras se fabrican con diferentes tipos de tejidos sintéticos, similares a los que se usan en la ropa técnica para la membrana antiviento e hidrorrepelentes.
Obviamente estos tejidos, aunque muy apropiados porque aúnan filtros transpirables y protección frente a fluidos, no son una barrera total para el coronavirus, y hay que mirar bien de qué tipo de homologaciones disponen.
La bici tras la Covid19
Dicen que el uso de la bici como medio de transporte crecerá como consecuencia de esta crisis sanitaria. Dicen incluso que las ciudades aprovecharán la experiencia del confinamiento para acelerar planes que permitan mejorar la movilidad a pie y en bici por las ciudades. En grandes urbes como París, Milán, Marsella… se han puesto en práctica este tipo de medidas: más carriles bici, más prioridad en algunas zonas urbanas, más zonas sub 30m/h… siempre, claro, en detrimento del uso del vehículo particular.
De confirmarse este panorama, sería bueno que nos acostumbráramos a usar mascarillas para ir en bici. Puede parecer muy molesto, pero es cuestión de habituarse. Insistimos, no se trata de usarlas para hacer deporte, pero para circular por las ciudades es un elemento que deberíamos incorporar al equipamiento habitual del ciclista urbano. Su uso nos ayudará a prevenir enfermedades respiratorias.
Muchas marcas vinculadas al ciclismo, especialmente de ropa, se han puesto a fabricar mascarillas para ciclistas durante estos meses. Como decíamos antes, tejidos como las membranas antiviento usados en muchas prendas ciclistas funcionan muy bien aplicados a una mascarilla. En un principio, las producciones de estas marcas se destinaron a proveer al personal sanitario, pero suponemos que muchas de esas marcas tratarán ahora de mantener parte de esa producción y que el uso de la mascarilla de protección se generalice entre los ciclistas urbanos. Veremos.