De rogar que le dejaran acabar la París-Roubaix el año pasado a clasificarse en 9ª posición este año, esta es la bonita historia de superación de Evaldas Siskevicius.
Normalmente, el noveno clasificado de una carrera, aunque sea tan dura e importante como la París-Roubaix, no suele ser relevante para las crónicas. Sin embargo, ese puesto en el Infierno del Norte de este año fue para el lituano Evaldas Siskevicus. Se trata de un modesto corredor del equipo Continental Delko-Marsella, que el año pasado prácticamente tuvo que pedir por favor a la organización que le dejara acabar el recorrido de la París-Roubaix, aunque fuera de tiempo.
Todas las carreras profesionales de ciclismo tienen un tiempo máximo para completarlas. Si lo superan o se ve claramente que llegarán a meta fuera de control, el ciclista está obligado a subir a un coche de equipo o al camión escoba. Entregar el dorsal y abandonar. Sin embargo, en 2018 Siskevicuis quiso acabar la carrera y entrar en el famoso velódromo de Roubaix, ese santuario del ciclismo. Lo hizo fuera de control, más de una hora después de que Peter Sagan entrara como vencedor en 2018.
La historia de Siskevicisu
La historia de orgullo, respeto y amor por el ciclismo de Siskevicisu se hizo viral porque se publicaron imágenes de un empleado del velódromo abriéndole expresamente las puertas del recinto para que pudiera entrar con su bicicleta. Allí ya no había nadie, pero él pudo rendir homenaje al ciclismo, en solitario.
Justo un año después, Siskevicius ha podido saborear la otra cara del ciclismo. Quizás no la de los grandes de este deporte, lo que alzan los brazos o suben asiduamente al podio. Pero sí al menos la que está al alcance de ciclistas modestos y trabajadores como él. Acabar clásicas tan duras como el Infierno del Norte es muy difícil, tanto por la dureza del recorrido como por los muchos percances a la que se exponen los ciclistas en esos complicados tramos adoquinados. Y este año, el lituano no solo pudo completar la Roubaix en el tiempo establecido, sino que lo hizo entre los diez primeros. Seguro que, para él, y su equipo, ese noveno puesto será tan importante o más que las victorias que puedan conseguir a lo largo de la temporada. ¡Felicidades a Evaldas por su perseverancia!