En los últimos años, ha proliferado entre las grandes marcas la creación de bicicletas específicas para mujer. Incluso algún fabricante ha creado una marca específica para mujeres ciclistas, una marca que incluye tanto bicicletas para la anatomía femenina como ropa y complementos. La necesidad de generar bicicletas diseñadas para las mujeres nace de la constatación de que sus medidas y cuerpo son diferentes a las de los hombres.
En líneas generales, el cuerpo de la mujer suele tener una proporción de piernas y torso diferente a la de los hombres: torso más corto y piernas más largas. Esto se completa generalmente con unos brazos más cortos y unas manos más pequeñas. Además, suelen tener unas caderas más anchas y unos hombros más estrechos. Esta diferenciación de medidas se traduce, por tanto, en una geometría diferenciada, tanto en bicis de montaña como en bicis de carretera. Simplificando, se puede resumir que la geometría de un cuadro para chica es similar a las de un cuadro para hombre no destinado a la competición.
Son pues, cuadros más cortos en el tubo horizontal, con una reubicación del asiento respecto al eje de pedalier y unos componentes adecuados: menor distancia entre los puños y las manetas de frenos y pulsadores, bielas más cortas, potencias también más cortas, sillines específicos… Obviamente, este tipo de modificaciones son diferentes en función del tipo de bici y del precio de la misma. Las bicis de gama alta, suelen tener más especificaciones, mientras que las de gama media o baja suelen ser bastante parecidas entre hombres y mujeres. En este nivel de precio, generalmente la bicicleta masculina se diferencia de la bici femenina básicamente en un aspecto para nada desdeñable: la barra baja en la zona central del cuadro (ver imagen de la bicicleta Orbea), un diseño que facilita mucho a las mujeres menos atléticas el subir y bajar de la bici.
La estética y las tallas
De todos modos, es también cierto que otras marcas, por cuestión de costes de producción, no han dado el paso de fabricar cuadros específicos para mujeres ciclistas. Eso no quiere decir que renuncien completamente a esas ventas, pero lo hacen de forma diferente. El cuadro es el mismo para hombres y mujeres, pero suelen cambiar la decoración, los componentes (estos sí, aptos para mujeres) y el tallaje de las bicicletas para mujeres. Esto último consiste en cambiar la nomenclatura de las tallas pensando en las mujeres: una S de hombre es una M de mujer, y también se suele introducir un cuadro más pequeño en la gama femenina.
En cuanto a la estética, es cierto que muchas veces se abusa de una idea demasiado convencional de los gustos femeninos, de ahí la profusión de los tonos rosas, pastel, fucsias, violetas… Hay mujeres que no se identifican con este tipo de estética, quizás demasiado convencional, aunque hay que reconocer que este aspecto ha evolucionado en los últimos años. De todos modos, ya sabemos que en cuestión de gustos, cada cual tiene su propia opinión.