Cuando el frío aprieta, incluso durante una gran nevada o sobre placas de hielo, también es posible circular en bici, aunque hay que saber cómo practicar ciclismo en invierno de forma segura.
Del mismo modo que existen neumáticos para vehículos a motor específicos para la nieve, también los hay para bicicleta. Obviamente, invertir en estos neumáticos para invierno es un gasto que puede ser innecesario si las nevadas son excepcionales en la zona donde vivimos, pero sin duda es la mejor opción para rodar con seguridad.
Casi todas las marcas del mercado cuentan con cubiertas específicas para el invierno, y de ellas, las más adecuadas, son las que tienen clavos en la superficie para mejorar el agarre. Estas, por supuesto, son ideales para rodar sobre el hielo, lo cual no quiere decir que no haya que hacerlo igualmente con tranquilidad.
A parte de las cubiertas con clavos, también encontraremos unas con dibujo y compuesto específico para invierno. El problema de estos modelos es que no tienen por qué estar pensados para rodar sobre nieve o hielo.
Un truco que hemos visto en varios blogs específicos y que podría resultar eficaz es el de colocar varias bridas transversales en las ruedas. La solución puede resultar extravagante, pero realmente funcionaría en caso de emergencia y, si no tenemos unos neumáticos demasiado racing, podría ser una opción útil para salir del paso.
Uso de las fatbikes
Las fatbikes, esas bicis de montaña con las ruedas muy anchas, son ideales para rodar sobre nieve. Su anchura de rodadura y la baja presión que necesitan los neumáticos las hace ideales para desplazarse sobre la nieve, especialmente cuando esta está blanda. De hecho, las empresas que organizan viajes por zonas árticas suelen poner a disposición de sus clientes este tipo de bicis.
Con una BTT normal, lo primero que tendríamos qué hacer para rodar con mayor seguridad en una nevada es rebajar la presión de los neumáticos. De este modo, ampliaremos la anchura de estos, mejoraremos la tracción y ganaremos en el efecto “sufre” sobre la nieve. Es importante destacar que, sobre todo con el hielo, tenemos que rodar con mucho cuidado, siendo muy prudentes y evitando los movimientos bruscos. En zonas urbanas, es imprescindible ser aún más cuidadosos con posibles baches, reductores de velocidad, bordillos, alcantarillas heladas…
Ante este panorama, también es conveniente prescindir de los pedales automáticos por una vez y usar unos de plataforma con unas zapatillas con suela de goma tipo outdoor. Eso nos permitirá ser más rápidos a la hora de apoyar los pies en el suelo en caso necesario.
Bajar un poco el sillín para menguar el centro de gravedad, evitar frenadas bruscas (sobre todo con el freno delantero), protegerse bien los pies, las espinillas y las manos con prendas impermeables, etcétera… son otros consejos útiles para practicar ciclismo en invierno a causa de las condiciones de frío extremo.