Llegamos al último capítulo de nuestro repaso de los momentos estelares de la campaña ciclista 2015. Tras echar un vistazo a las mayores exhibiciones y los mejores duelos, hoy nos fijamos en las batallas más vibrantes. Nos referimos a aquellas carreras que constituyeron una guerra abierta y animada entre prácticamente todo el pelotón. ¿Os falta alguna? Comentádnoslo en Facebook…
El viento en Gante-Wevelgem
Será difícil olvidar la pasada edición de Gante-Wevelgem. No sólo es que la resolución de Luca Paolini fue fantástica, que la lucha postrera entre seis hombres de seis equipos distintos fue muy emocionante… Sino que apareció un protagonista insospechado, el viento, que reventó la carrera desde el kilómetro cero y propició imágenes tan insólitas como Geraint Thomas volando a la cuneta sin motivo aparente en plena recta.
Los tercios de Flandes
Algunos consideran a Alexander Kristoff el mejor ciclista de la temporada recién finalizada; no en vano, fue el pichichi mundial con la friolera 20 victorias. Sin embargo, la cuestión no es la cantidad sino la calidad manifestada en triunfos como éste en el Tour de Flandes. ‘De Ronde’ fue una vez más una carrera espectacular y plagada de alternativas. Tras dos horas de dimes y diretes, todo se resolvió en un mano a mano entre Kristoff y Terpstra que cayó del lado del gigante noruego. Greg Van Avermaet y Peter Sagan perseguían de forma denodada añadiendo un elemento de emoción.
Astana pone a Contador contra las cuerdas
Estaba siendo un Giro d’Italia relativamente plácido para Alberto Contador, cuyos únicos rivales en la lucha por la ‘maglia rosa’ eran dos Astana, Fabio Aru y Mikel Landa. Sin embargo, al pie del Mortirolo todo se complicó con un inoportuno pinchazo que dio pie al equipo kazajo, bien apoyado por los ruso de Katusha, para armar un zafarrancho que el pinteño tuvo que sofocar a base de clase y esfuerzo. El triunfo parcial correspondió a un soberbio Landa que ese día demostró tener un punto más que su líder Aru.
La mala leche de Nibali
Por debajo de su nivel en la primera mitad del Tour de Francia, Vincenzo Nibali defendió su título de forma tan honorable como aviesa en la segunda. De todas sus ofensivas, la más notable fue la desarrollada en la antepenúltima etapa de la gran ronda francesa. ‘Lo Squalo’ atacó prácticamente de salida en el Col du Chaussy, desarbolando a un Sky que logró contenerle mediante un excelente Wout Poels. Más adelante, en Croix de Fer, el italiano vio cómo Chris Froome sufría un problema mecánico y aprovechó la ocasión para demarrar sin compasión. Fue el inicio de una cabalgada triunfal hasta La Toussuire, y también un hito más en su rivalidad con el anglokeniano.
Cruel Aru y bello Dumoulin
Hay belleza en la crueldad, aunque nos cueste verla. Hubo belleza en la penúltima etapa de la Vuelta a España, aunque doliera. Tom Dumoulin llegaba vestido de rojo con una exigua renta sobre Fabio Aru, que contaba con un potentísimo Astana para ayudarle a triunfar. Quedaba sólo una travesía por la sierra madrileña antes del podio de Cibeles. Y ahí el sardo y su equipo se exhibieron, con un papel clave de Mikel Landa a la hora de romper la resistencia del neerlandés, cuyo sueño quedó reducido a una mirada perdida mientras su gran rival celebraba la consumación de un triunfo merecido y anhelado. El otro gran protagonista del día fue Rubén Plaza, que culminó con éxito una escapada de casi 100 kilómetros.